Actualizado 24/01/2013 12:40

La madre de la joven ceilandesa decapitada en Arabia Saudí rechaza el dinero ofrecido por Riad en compensación

Insiste en que su hija era menor de edad y asegura que se enteró de la ejecución por los medios


LONDRES, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -

La madre de Rizana Nafeek, la ciudadana de Sri Lanka que fue decapitada el pasado 9 de enero en Arabia Saudí por un delito que supuestamente había cometido cuando era menor de 18 años de edad, ha rechazado el dinero que las autoridades saudíes le habían ofrecido como compensación.

"No quiero nada del país que ha matado a mi niña", ha manifestado Rafeena Nafeek, quien en declaraciones a la televisión pública británica, BBC, ha insistido en que su hija era inocente y que había sido condenado injustamente. La familia sí ha admitido, en cambio, una compensación de casi 6.000 euros de la Oficina de Empleo Exterior del Gobierno de Sri Lanka.

La ejecución tuvo lugar el pasado 9 de enero en Dawadmi, una localidad situada al oeste de la capital saudí, Riad. Nafeek, trabajadora doméstica, fue condenada en junio de 2007 por la muerte de un niño que estaba a su cargo.

En un proceso en el que, según las organizaciones de Derechos Humanos la joven careció de una defensa y de unos intérpretes del tamil al árabe competentes, Rizana Nafeek aseguró --tras una primera confesión autoinculpatoria de la que se retractó posteriormente-- que el bebé había muerto asfixiado por accidente. El tribunal que la condenó dio por buenos los argumentos de la familia del bebé y dictaminó que el niño había sido estrangulado.

Los padres del bebé se negaron a hacer uso del llamado sistema de 'quisas' (represalia), que les concedía el derecho a perdonar a Nafeek, y el Gobierno saudí se valió de este argumento para negarle la clemencia, a pesar de las fuertes presiones internacionales para que no se llevara a cabo la ejecución, entre ellas las del presidente de su país, Mahinda Rajapaksa.

A pesar de la actitud de la familia, la madre de la joven ha asegurado que ella sí perdona a los que han conducido a su hija a la muerte. "No tiene sentido culpar a nadie, Rizana ya no está", ha declarado.

Transcurridas dos semanas de la ejecución, los padres de Rizana Nafeek se han trasadado a la capital de Sri Lanka, Colombo, desde su humilde aldea del este del país. "Únicamente nos hemos enterado de su ejecución a través de los medios", ha recordado. "Lo menos que deberían haber hecho era informarnos sobre ello", ha denunciado. "Nos han rechazado incluso nuestra petición para que nos den su cuerpo", ha explicado.

MENOR DE EDAD

Asimismo, Rafeena Nafeek ha insistido en que la joven tenía solo 17 años cuando se produjo la muerte del bebé. La Convención de los Derechos del Niño --de la que Arabia Saudí forma parte-- no solo prohíbe la ejecución de las personas que hayan cometido los delitos antes de cumplir los 18 años, sino que establece que, en caso de duda sobre la edad exacta, los tribunales deben actuar como si se tratase de menores de edad.

Nafeek fue condenada a muerte el 16 de junio de 2007 por un tribunal de Dawadmi. Aunque el pasaporte utilizado por la mujer para entrar en mayo de 2005 indicaba que su fecha de nacimiento era febrero de 1982, su certificado de nacimiento demostraba que realmente había nacido seis años más tarde, por lo que tenía 17 años cuando se produjo la muerte del niño.

Según los corresponsales de la BBC en Colombo, hay serios indicios de que los agentes de empleo de su país de origen hubieran falsificado el pasaporte de que Rizana Nafeek para que se le permitiera trabajar en Arabia Saudí como empleada doméstica, para lo que se requiere una edad mínima de 23 años.

Según las informaciones en poder de Amnistía Internacional, los jueces no le permitieron durante el juicio presentar su certificado de nacimiento ni otras evidencias sobre su edad.

Aunque sí se le permitió presentar esta documentación en los posteriores procedimientos legales, los jueces no rectificaron su fallo inicial y se ampararon en los poderes discrecionales que les conceden las leyes saudíes para decidir si corresponde o no algún beneficio penal a los menores de edad. La condena fue confirmada posteriormente por el Tribunal Supremo y ratificada por el Rey Abdulá.

En sus declaraciones a la BBC, Rafeena Nafeek ha instado a las familias pobres de Sri Lanka a no enviar a sus hijas a trabajar como empleadas domésticas ni en Arabia Saudí ni en ningún otro país y ha admitido que le hubiera gustado dar una educación a su hija, una aspiración que está dispuesta a cumplir, antes de morir, con los hermanos menores de la fallecida.