Actualizado 14/01/2010 18:45

Asenjo dice que "queda mucho por hacer" en inmigración y pide a los feligreses "fortalecer su compromiso"

SEVILLA, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, afirmó hoy, con motivo de la celebración el próximo domingo de la Jornada Mundial de las Migraciones con el lema 'Los emigrantes y los refugiados menores de edad', que "es una buena ocasión para tomar conciencia de las múltiples necesidades que tienen los inmigrantes", e instó a los feligreses a "no permanecer indiferentes y fortalecer su compromiso", porque, dijo, "queda mucho por hacer".

En un comunicado, Asenjo alabó los "esfuerzos" de las comunidades parroquiales que "salen al encuentro de estos hermanos, los acogen e invitan a recorrer juntos el camino de la fe, vivida y celebrada comunitariamente en la parroquia, a la que los inmigrantes también enriquecen con savia nueva" y dio "gracias a Dios" por lo que "entre todos vamos logrando".

"Hemos iniciado un camino de encuentro fraterno, acogida evangélica e integración de los inmigrantes en nuestras parroquias, ciudades, pueblos y barrios", pero, sin embargo, "queda mucho por hacer", apostilló. Por ello, el arzobispo invitó a todos los cristianos "a fortalecer su compromiso en este sector pastoral, pues cada uno de los inmigrantes es alguien de nuestra propia familia, la familia de los hijos de Dios".

Así, indicó, "en el mensaje para esta Jornada el Santo Padre Benedicto XVI nos dice que el fenómeno de las migraciones impresiona por el número de personas implicadas, por las problemáticas sociales, económicas, políticas, culturales y religiosas que plantea, y por los desafíos dramáticos que supone para las comunidades nacionales y para la comunidad internacional".

Además, Asenjo señaló que el Papa "llama la atención sobre el número creciente de menores emigrantes, solos o acompañados". En este sentido, manifestó, "la Convención de los Derechos del Niño afirma rotundamente que siempre se han de salvaguardar los derechos fundamentales del menor, que son idénticos a los del adulto, pero lamentablemente esto no siempre sucede".

"Es verdad que la opinión pública vibra ante las violaciones de los derechos de los niños --por desgracia, menos ante los de los niños no nacidos-- y que los legisladores arbitran medidas para proteger a los menores de edad", manifestó. Sin embargo, continuó diciendo, "muchos de ellos son abandonados y, en algunas partes del mundo, incluso explotados".

Por ello, apuntó, "nuestras parroquias, la escuela católica y todas nuestras instituciones y servicios deben prestar una atención creciente a los niños inmigrantes, que necesitan un ambiente social que permita y favorezca su desarrollo físico, cultural, espiritual y moral, saliendo al paso de los muchos trastornos y dificultades, a veces graves, que sufren, especialmente aquellos que se ven privados del apoyo de su familia".