KAMPALA, 18 Jun. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Uganda indemnizará a unas 10.000 personas de la región del norte del país, donde vive el pueblo acholi, a las que los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) les han mutilado alguna parte de su cuerpo o les han causado algún problema físico que las ha incapacitado.
Richard Todwong, asesor especial del presidente ugandés, Yoweri Museveni, declaró este viernes a Reuters que el Gobierno ha empezado a registrar a estas víctimas para indemnizarlas. "Por supuesto, todas las personas del norte de Uganda han sufrido de alguna manera daños personales y colectivos", dijo. "Pero estamos buscando y registrando a quienes han sido mutilados o han sufrido alguna deformación por la guerra", añadió.
El pasado mes de febrero, el Ejecutivo puso en marcha un programa de rehabilitación dotado con 100 millones de dólares para reparar la infraestructura económica y social de la región septentrional, destruida por la guerra, de cara a las elecciones presidenciales y legislativas de febrero del año que viene.
El LRA es conocido por matar a civiles, secuestrar a mujeres y niños para utilizarlos como esclavos sexuales y como soldados y cortar los labios de sus víctimas para atemorizar a la población y conseguir su apoyo o para castigar a civiles a los que considera enemigos. Hasta ahora, en la región conocida como Acholilandia, epicentro de las atrocidades del LRA, se han contabilizado 5.000 personas con derecho a ser indemnizada, precisó Todwong, que añadió que las autoridades prevén que al final sean 10.000 y que comiencen a recibir los pagos el próximo octubre.
El asesor presidencial indicó que aún no se ha decidido cuánto dinero recibirán las víctimas y tampoco detalló la cantidad que ha asignado el Gobierno para este fin. "Ya saben que no es fácil determinar con cuánto (dinero) se puede compensar a alguien que, por ejemplo, ha perdido los labios o una mano, pero estamos estudiando esos detalles", explicó.
El LRA inició en 1987 sus actividades insurgentes, brutales pero inútiles, desde sus bases del norte de Uganda y el sur de Sudán con el propósito de expulsar del poder a Museveni y establecer un Estado teocrático. El Ejército ugandés los echó de la zona en 2005 y se cree que su líder, Joseph Kony --buscado por el Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra--, vaga por las selvas de República Democrática del Congo y República Centroafricana.
