Actualizado 01/03/2010 11:57

Granados insiste en cambiar la Ley del Menor y aboga por legislar "en caliente, cuando se produce la necesidad"

MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

El consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, insistió hoy en que hay que cambiar la Ley del Menor para evitar casos como el de 'El Rafita', uno de los asesinos de la joven Sandra Palo, y abogó, al contrario que otros políticos del ramo, por legislar "en caliente, cuando se produce la necesidad".

"Hay que legislar cuando se produce la necesidad, si una ley demuestra que hay asuntos que no tienen resueltos, y en esto coincidimos la inmensa mayoría de los españoles, son asuntos que a todos nos indignan, nos sorprenden, nos sublevan, claro que hay que legislar en caliente", apuntó, en declaraciones a Onda Cero, recogidas por Europa Press.

En este sentido, señaló que "cuando se ve que la ley tiene un fallo, pues se cambia y punto, para esto están las instituciones". En la misma dirección, manifestó que "sin ninguna duda" la ley del Menor hay dos asuntos "que no resuelve: antes de los 14 años, qué ocurre con menores que delinquen y qué ocurre con estos casos tan graves cuando ese menor cumple 18 años".

"Nosotros ya hemos dicho que cuando estos menores cumplen esta edad de manera automática, entonces menores, ahora mayores, ingresen en prisión", apuntó Granados, quien recordó que ahora mismo, por ejemplo, 'El Rafita' está en libertad vigilada, bajo la tutela de Instituciones Penitenciarias, pero que "el control no es ninguno".

Además, añadió que con la Ley de Menor lo que ocurre es que cuando se cumple la pena, se borran todos los antecedentes. "Pone el contador a cero y, por lo tanto, estos primeros escarceos que está teniendo con la justicia después de salir en libertad no son reincidencia porque no tiene antecedentes penales", explicó.

Preguntado por si 'El Rafita' ha podido estar delinquiendo durante el tiempo que ha estado en libertad vigilada y tutelado por la Comunidad de Madrid, Granados que reconoció que "probablemente sí" porque la libertad vigilada no deja de ser libertad y este término, lo único que conlleva, es que cada cierto tiempo (una semana o quince días) el vigilado en cuestión vaya a un psicólogo o asistente social.

Por ello, apuntó que el control para que no delinca esta persona "es prácticamente ninguno", y que usar la palabra "vigilada" es "poco afortunado". A su juicio, se debería denominar "motorizada o dirigida" porque, apostilló, "no lleva nadie detrás y hace una vida más o menos como cualquiera".