Actualizado 24/03/2010 13:45

Kabul afirma que el país necesita miles de millones de dólares para sus infraestructuras hidráulicas


KABUL, 24 Mar. (Reuters/EP) -

El viceministro de Agua y energía de Afganistán, Shujauddin Ziayee, ha afirmado que el país necesita miles de millones de dólares para construir presas y sistemas de riego que permitan alimentar a una creciente población y generar energía eléctrica y ha advertido de que, en el futuro, esta escasez podría suponer un importante problema de seguridad en la región.

"En treinta años, el tamaño de la población se duplicará y también lo hará la necesidad de agua, alimentos y electricidad. Lo mismo ocurre con nuestros vecinos", explicó el viceministro.

La mayor parte de la preciada agua que tiene Afganistán proviene de trasvases de sus países vecinos, una situación que debe cambiar rápidamente si el país se va a mantenerse a sí mismo, declaró recientemente Ziayee a Reuters.

Afganistán ha mantenido disputas históricas con sus países vecinos del centro y sur de Asia sobre el agua procedente de sus ríos montañosos que riegan la mayor parte de sus cultivos. El país pierde anualmente dos de tres partes del agua procedente de las lluvias y las nieves. Por su localización geográfica, la mayor parte del agua de sus cuencas hidrográficas llegan al este de Pakistán o al oeste de Irán.

Los Gobiernos de Pakistán y de Irán han gastado en las últimas décadas miles de millones en construir presas, reservas para el consumo de agua y producción de energía. Y sin embargo, Afganistán ha sido incapaz de hacer ningún esfuerzo al respecto porque las últimas tres décadas de guerra han arruinado sus infraestructuras hidráulicas.

La pérdida de agua en Afganistán significa sólo el 25 por ciento de los 28 millones de personas que tienen acceso a agua potable. Afganistán produce sólo uno por ciento de los 23.000 megavatios de energía hidroeléctrica que necesita, y tiene menos agua que la necesaria para el cultivo de trigo y otros productos alimenticios.

"La cantidad total de agua procedente de la lluvia y la nieve en Afganistán es de 57 mil millones de metros cúbicos de agua anuales. Desafortunadamente, entre el 30 y el 35 por ciento de esta agua se puede utilizar en el Afganistán y el resto acaba en países extranjeros", aclaró Ziayee.

UN COMPLEJO RETO PARA LA SEGURIDAD REGIONAL

"Casi la total ausencia de un tratado de cooperación bilateral o regional entre Afganistán y sus países vecinos sobre el agua es una grave amenaza para el desarrollo y la seguridad regional", denunció el viceministro.

"La cada vez mayor demanda de agua, su impredecible disponibilidad y la ineficiente gestión de los recursos hidráulicos se combinan para formar un complejo desafío que puede resolverse para mejorar la seguridad y el desarrollo regional", añadió.

Desde el derrocamiento del Gobierno talibán en 2001, Afganistán ha realizado estudios sobre cómo y dónde construir presas, tanto para la creciente necesidad energética y como para la gestión del agua. Los problemas de liquidez del país, necesita casi 11 millones de dólares (8.3 millones de euros), impiden desarrollar sus ambiciosos proyectos hidráulicos, explicó Ziayee.

El proyecto de la presa de Salma, que se planificó en la década de 1970, ha estado en marcha durante cuatro años. Se encuentra ubicado en el distrito de Cheshti Sharif de la provincia de Herat, fronteriza con Irán. La falta de seguridad y de ataques de supuestos milicianos han retrasado su construcción.

Este año, Kabul tiene previsto iniciar la construcción de cuatro presas pequeñas en otros lugares con un coste de 110 millones de dólares ( 82.3 millones de euros), indicó Ziayee. "Esperamos iniciar el próximo año la primera fase de un proyecto de construcción de una presa en el este del país con un valor de 450 millones de dólares ( 336 millones de euros) y otra en el oeste", precisó.

"Se dice que el agua es la política y guerra, y la fuente de futuras guerras. Nosotros no somos los únicos que veremos crecer nuestra población", dijo Ziayee.