MADRID, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha alertado en un informe de que más de 4.300 cristianos iraquíes se han visto obligados a abandonar sus hogares después de los recientes disturbios en la ciudad de Mosul, en el norte del país.
La última cifra, a fecha de ayer, representa un incremento de más de 200 personas desde el pasado sábado, según la OCHA, que aún así afirma que este flujo de familias desplazadas de cristianos desde Mosul hasta los distritos cercanos a Nínive ha descendido en los últimos días.
Según esta nueva actualización, esta agencia de la ONU informa de que hay preocupación por la situación actual de las familias cristianas que permanecen en Mosul, ya que hay informaciones que apuntan a que muchas personas no pueden moverse con libertad por la calle y, por este motivo, no pueden ir al trabajo ni los estudiantes a la Universidad, ya que temen por su seguridad.
Los motivos y las personas detrás de los asesinatos de doce cristianos durante enero y febrero de este año --que es lo que ha provocado el desplazamiento-- aún no están claros. Por otro lado, no se ha informado de ningún incidente de seguridad contra las familias en los lugares de los desplazamientos, y los desplazados han manifestado que se sienten seguros en estas zonas.
Según el informe de la OCHA, el gobernador de Nínive ya ha formado un comité dirigido por el director de Defensa Civil para tratar las necesidades humanitarias de los desplazados y supervisar la respuesta humanitaria de las diferentes agencias.
En octubre de 2008, más de 12.000 cristianos huyeron de Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, después de un aumento en los ataques, amenazas e intimidación, y algunos de estos desplazados regresaron a la ciudad después de asegurarles de que la situación de seguridad había mejorado. Los ataques contra los cristianos en esta misma ciudad se repitieron en diciembre de 2009.
