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BARCELONA, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
El proyecto de presupuestos de la Generalitat de 2014 que este martes ha aprobado el Consell Executiu incrementa las partidas para combatir la pobreza y la exclusión social, por lo que habrá más recursos para becas comedor, la Renta Mínima de Inserción (RMI), combatir la pobreza infantil y ayudas para familias que vayan a ser desahuciadas.
Lo ha anunciado el consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell, después de haber entregado a la presidenta del Parlamento catalán, Núria de Gispert, el dispositivo USB que contiene el proyecto de cuentas para el próximo año y también la denominada ley de acompañamiento.
Las cuentas prevén un déficit público del 1% del Producto Interior Bruto (PIB), que no haya nuevos recortes en políticas sociales, y también la venta de activos de la Generalitat, que Mas-Colell todavía no ha concretado, y que, según el consejero, es el "mejor" proyecto que podía hacerse en la actual coyuntura económica.
El conseller ha destacado que en los últimos tres años, el Gobierno catalán ha reducido su gasto en un 22%, y ahora se ha llegado al "límite" en lo que a recortes se refiere.
MENSAJE DE "PRUDENCIA"
Mas-Colell ha apuntado que, aunque hay varios indicios que apuntan a que el momento actual podría ser "el principio de un momento de recuperación", hay que evitar lanzar un mensaje de euforia.
"La prudencia dice que no tenemos que correr a la hora de anunciar el final de la crisis. La crisis continúa, aunque lo cierto es que hemos salido de la recesión", ha explicado el consejero.
Además de incrementarse las ayudas para los colectivos en riesgo de exclusión, Mas-Colell también ha dicho que las cuentas incluyen medidas para ayudar a la reactivación en ámbitos como I+D, innovación, Formación Profesional (FP), empleo y que el Institut Català de Finances (ICF) siga facilitando el acceso al crédito.
Para lograr equilibrar las cuentas, habrán nuevas tasas y subidas de impuestos, entre ellos el de Sucesiones, y también nuevas ventas de activos, que se sumarán a las que se hicieron en 2012, con la privatización de la concesionaria de autopistas Tabasa y Aigües Ter Llobregat (ATLL).
Ha reconocido que estas cuentas no son las que le gustaría al Gobierno catalán: "La asignación económica, la situación política y el trato fiscal que recibe la Generalitat queda lejos de lo que nos gustaría".
