Ayuntamiento de Bilbao aconseja "buena hidratación" y proteger del sol a niños y mayores durante la ola de calor

Publicado: viernes, 3 agosto 2018 10:36

El Área de Salud y Consumo recomienda ejercicio moderado, limitar la exposición a los rayos solares y el uso de cremas y gafas protectoras

BILBAO, 3 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao ha recomendado este viernes la importancia de una buena hidratación como la medida más efectiva contra el calor y las altas temperaturas registradas durante olas de calor como la actual. Entre esas recomendaciones ha aconsejado la ingesta de líquidos como agua y zumos naturales, aunque no se tenga sed y, en mayor medida, en el caso de niños y personas mayores, la población más sensible.

En un comunicado, Salud y Consumo del Consistorio bilbaíno ha indicado que resulta igual de importante mantener la cadena de frío en los alimentos sensibles al calor y manejar adecuadamente la temperatura en los alimentos cocinados o recalentados.

Asimismo aconseja proteger del sol y los lugares calurosos a niños y personas mayores. Los animales de compañía también precisan consumir agua de forma más abundante durante estos días y "es conveniente" que durante las horas centrales del día puedan descansar en un espacio fresco y seco.

La lista de consejos recomienda limitar la exposición a los rayos solares, ya que el daño por exposiciones prolongadas producido en la piel es acumulativo y puede derivar en envejecimiento prematuro de la piel e incluso cáncer de piel. No se recomienda tomar el sol más de una hora diaria y si se va a permanecer todo el día en la playa hay que protegerse con camisetas y gorros.

Asimismo se requiere utilizar cremas protectoras, que se deben aplicar 30 minutos antes de iniciar la exposición solar, de forma uniforme por toda la piel. Un buen consejo es aplicarla en casa, antes de acudir a la playa o a la piscina.

En cuanto a los niños, además de la fotoprotección, se debe tener presente que los bebés de menos de 6 meses no deben exponerse al sol; hasta los 2 años deben evitarse las horas del mediodía y, además, no olvidarse de ofrecer agua abundante a los pequeños.

Se recomienda también proteger los ojos porque se pueden producir daños de la córnea y otras lesiones más severas. Se recomienda utilizar gafas con filtros UV homologados y gorros que tengan visera de ala ancha.

INSOLACIÓN

En caso de insolación, la piel estará caliente y reseca, habrá un
aumento de la temperatura corporal y del ritmo cardíaco y dolor de cabeza. Ante la aparición de estos síntomas, es importante solicitar asistencia médica inmediata y colocar, entre tanto, a la víctima a la sombra, con una buena ventilación de aire, cubriéndola con paños húmedos y dándole de beber si no ha perdido el conocimiento.

La práctica de ejercicio físico debe hacerse de forma moderada y cuando la duración de un ejercicio sobrepase los 60 minutos es recomendable ingerir pequeñas cantidades de agua (150 c.c.) cada 15 minutos con el fin de evitar la deshidratación. Si el agua contiene glucosa (mezclar 25 gramos de glucosa en 1 litro de agua) puede ayudar a evitar una disminución precoz de las reservas de glucógeno y a la aparición de fatiga.

Para prevenir accidentes acuáticos, hay que evitar las zambullidas bruscas cuando hay mucha diferencia entre la temperatura ambiente y la del agua para evitar cortes de digestión y es necesario adaptarse progresivamente a la temperatura del agua. También hay que extremar la prudencia en las zambullidas desde zonas elevadas que pueden dar lugar a traumatismos graves. Por último, no dejar nunca a una persona (menos aún si es un niño o persona mayor) en el interior de un vehículo cerrado al sol, ni tampoco animales.

En cuanto a la alimentación, se aconsejan frutas y verduras como sistema de hidratación ya que proporcionan vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes que ayudan a mejorar el bronceado, así como a contrarrestar los radicales libres y la acción de los rayos ultravioleta.

Finalmente, resulta importante mantener la cadena de frío en los alimentos sensibles al calor y manejar adecuadamente la temperatura en los alimentos cocinados o recalentados. En caso de duda, es mejor desechar cualquier alimento con sospecha de no estar en condiciones óptimas.

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