La obra, que rinde homenaje a los actores del siglo XVI, se podrá ver a las 22.00 horas en la plaza de San Jorge
CÁCERES, 13 Jun. (EUROPA PRESS)
Una versión del dramaturgo extremeño Miguel Murillo, sobre el clásico anónimo de El Lazarillo de Tormes, será la primera de las representaciones teatrales que se podrá ver en el marco del XVIII Festival de Teatro Clásico de Cáceres que se inauguró el pasado lunes con un recital lírico y una exposición sobre máquinas teatrales de efectos de sonido.
La obra será puesta en escena mañana jueves a las 22.00 horas en la plaza de San Jorge por la compañía extremeña Z-Teatro bajo la dirección de Memé Tabares y con Javier Uriarte como uno de los actores. Ambos asistieron hoy a una rueda de prensa acompañados por el director del festival, Isidro Timón, quien mostró su satisfacción por el hecho de que sean dos compañías teatrales de la región las que abran y cierren esta edición del festival.
En el caso de Z-Teatro se trata de una compañía que nació en la localidad cacereña de Coria hace tres años y para poner en escena esta obra, la directora Memé Tabares explicó que, además de la versión realizada por Murillo sobre el texto, se ha hecho "una versión de la versión" para mostrar algo distinto y "enganchar" al público, de tal forma que se ha tomado como excusa el texto del Lazarillo de Tormes para mostrar a los espectadores la vida que llevaban a cabo los actores del siglo XVI.
Paralelamente a la historia del lazarillo se muestran las vicisitudes de una compañía teatral de la época que va interpretando la obra de pueblo en pueblo y de esta forma, según indicó Tabares, "se rinde un homenaje a través del propio montaje a los actores de entonces".
COMEDIA AGRIDULCE
Tabares señaló en su intervención que el trabajo de montaje de la obra, que fue estrenada el 30 de junio del año pasado y de la que se han hecho 19 representaciones, fue "duro" porque han intentado acercarse a las técnicas teatrales de hace cinco siglos "para crear una historia que se pueda entender y que llegue bien desde el punto de vista visual y gestual".
Así, defino la obra como una "comedia agridulce ya que "tan pronto te ríes como tienes ganas de llorar", apuntó la directora del montaje, quien explicó que la escenografía consiste en un telón de teatro con dos escaleras a los lados que sirven para viajar en el tiempo y "reflejar la vida de los actores de ese siglo". En el montaje no se utiliza música grabada ya que todos los sonidos son reales, "incluso las onomatopeyas" y en directo.
Por su parte, Javier Uriarte, uno de los actores que participan en la obra, se refirió en su intervención al hecho de que "sólo haya 5 actores que representan 25 personajes distintos" por lo que el trabajo actoral requiere "una habilidad especial en el escenario y una gran agilidad detrás para los cambios de vestuario".
Tanto Tabares, como Uriarte y Timón, recomendaron la obra a todos los públicos, pero en especial a los alumnos de Educación Secundaria, ya que su hora y diez minutos de duración "tiene un alto valor didáctico".
