MÉRIDA, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -

Amor, venganza y odio se mezclaron anoche con éxito de público en el estreno en el Teatro Romano de Mérida de la representación 'Medea' de Eurípides, que protagoniza la actriz Blanca Portillo, y que consiguió poner en pie a los espectadores que abarrotaron las piedras del monumento de la capital extremeña y que aplaudieron de forma insistente.

Portillo consiguió captar la atención del público emeritense a través de su fuerza en momentos de locura, de su carácter comedido ante la desesperación, y de su carga emotiva.

En declaraciones a los medios tras el estreno, la actriz principal dijo que tenía la impresión de que el espectáculo había llegado a todas las personas sentadas y "ése es el mayor privilegio y el mayor regalo que puede nos puede dar esta profesión", indicó.

Además, Blanca Portillo destacó que hubo momentos "muy hermosos de un silencio bellísimo con el teatro lleno", y calificó como "realmente emocionante" el aplauso recibido.

Por otra parte, Alberto Jiménez en su papel de Jasón estuvo a la altura de la representación por sus cambios de registro, en un papel machista que tras la muerte de sus hijos dejó al descubierto el dolor y el desgarro de cualquier ser humano.

A la altura, también estuvo la ya veterana Julieta Serrano, nodriza de Medea, quien pese a los intentos y consejos aportados desde su sabiduría por los años no pudo evitar la venganza de Medea.

HISTORIA DE AMOR Y VENGANZA

La obra es una tragedia que trata la historia de Jasón (Alberto Jiménez) tras las aventuras que lo llevaron a conquistar el vellocino de oro, quien tras conseguirlo se casó con Medea, ésta abandonó su casa paterna y en su marcha con su amado asesinó a su hermano.

Jasón y Medea huyen hacia Yolco, pero pasan por Corinto y es ahí donde transcurre la representación. Jasón se promete en matrimonio a Glauce, hija del rey Creonte de Corinto, ante el espanto de Medea, que ve su lecho deshonrado.

Creonte ante el temor de que Medea se vengue ordena su destierro inmediato, pero Medea, fingiéndose sumisa, pide un solo día de plazo para salir al destierro, plazo que aprovecha para realizar un regalo a Glauce, y que causan la muerte por el simple contacto.

Todo esto genera en la protagonista sentimientos de venganza, odio, y humillación, entre otros, pues se sentía traicionada y llevó a cabo una sangrienta venganza, mató a sus propios hijos y a sus adversarios.

MÚSICA EN DIRECTO

Asimismo, del estreno de anoche, cabe destacar los trabajos del coro que a través de su música en directo transmitió emociones al compás de la representación y fue capaz de emocionar a los espectadores.

El director de la obra, Tomaz Pandur, integró el espectáculo perfectamente entre las ruinas del Teatro Romano, con elementos como un coche, una caravana y un globo estático, aportando así un toque de modernidad al montaje que está basado en un texto de hace 3.000 años.

El globo, según dijo Pandur, "es una conexión entre el cielo y la tierra", entre la "divinidad" de Medea y su "humanidad", "es el cordón umbilical".

Mientras, Blanca Portillo aseguró que lo importante del globo es el "eje que se crea con la cinta que mantiene unidos el cielo y la tierra donde Medea se mueve", "vale para sostenerlo", aseveró.

Pandur dio importancia al vestuario de los actores, quienes constantemente cambiaron de vestimenta para estar en consonancia con lo que se representaba en un momento dado.

"NOCHE INCREÍBLE"

Una vez finalizada la obra, el director aseguró que fue "una noche increíble" para todos los integrantes del espectáculo, y afirmó que la representación les hace "recuperar la fe en el teatro".

Unas declaraciones que también compartió Blanca Portillo, pues señaló que fue "muy impresionante, de mucha ilusión" y con una clara sensación de que habían compartido con miles de personas "un sueño que nació hace mucho tiempo y que se ha convertido en realidad".

Asimismo, añadió que lo que sueñan en una sala de ensayo, luego "se convierte en el sueño de cada una de esas personas para que se vayan a su casa con el corazón más bonito", y "habiendo de alguna manera cambiado sus vidas".

En cuanto al Teatro Romano, Portillo añadió que las "piedras se alimentan y te alimentan", "no comen a nadie, te dan mucha energía y mucha paz".