PIORNAL (CÁCERES), 20 Ene. (EUROPA PRESS TELEVISIÓN) - -

Coincidiendo con la celebración de San Sebastián, la localidad cacereña de Piornal celebra entre ayer y hoy la popular fiesta del 'Jarramplas', en la que vecinos y visitantes castigan a este curioso personaje, lanzándole hasta 17.000 kilogramos de nabos, durante los días que transcurre esta fiesta, considerada de Interés Turístico Regional y que cada año atrae a un mayor número de personas.

En esta edición son 20 los mozos del municipio los que encarnan esta figura de aspecto entre carnavalesco y diabólico, los que en acto de penitencia se alternan para recorrer las calles del municipio tocando el tambor y aguantando estoicamente la lluvia de nabos con la que les fustigan.

Ataviados con máscaras, cachiporras y un tamboril, estos hombres visten un traje acorazado, preparado para soportar el ensañamiento de los piornalegos, que ha sido confeccionado por sus mayordomos y pesa unos 40 kilogramos, al contar con una armadura interior fabricada con fibra de vidrio.

Sólo una de estas figuras es el 'Jarramplas' oficial, mientras el resto de jóvenes que también se exponen al escarmiento se denominan mayordomos. Recorren las calles del pueblo por la mañana y también durante la tarde en los días que se prolonga la fiesta. Una vez llegada la medianoche, el 'Jarramplas' se retirará la sólida máscara que le protege y cantará 'alboradas' en honor del santo.

BIEN PERO CANSADO.

En declaraciones a Europa Press Televisión, uno de los mayordomos debutantes, Manuel Luna, indicó que pese al impacto de los nabos que le habían lanzado por la mañana, se encontraba "bien" aunque "algo cansado", y dijo con rotundidad que tras la experiencia volverá a probar.

Igual de orgulloso se mostró Alfonso Gutiérrez, un veterano en estas fiestas y quien aseguró que representar este papel supone "una gran alegría". En cuanto a las lesiones más frecuentes indicó que son simples "moratones" y subrayó que para ser un buen 'Jarramplas' la receta es "aguantar cuanto más tiempo mejor".

En la misma línea se manifestaron otros piornalegos y turistas que se dieron cita en este municipio extremeño para disfrutar esta festividad. Así, Santiago, que hacía 32 años que no la celebraba, destacó que actualmente "participa más gente" que en su juventud, mientras que otras personas manifestaron la "emoción" y "orgullo" que estaban sintiendo durante la jornada y del mismo modo, el pequeño Alejandro, de tan sólo cuatro años dijo que él estaba en la plaza esperando "para tirar el nabo" que apenas podía sujetar entre sus manos.

Existen disparidad de teorías respecto al origen de esta celebración. Unos la atribuyen al escarmiento al que se sometió a un guerrero cristiano por combatir junto a las tropas árabes, otros piensan que se trataría de un mártir que los judíos ajusticiaron por renegar del cristianismo y varias teorías señalan que esta fiesta popular es de origen mitológico, un rito de fertilidad e incluso que se trataría del castigo infrigido a un ladrón de ganados.

Más allá de las discusiones acerca del nacimiento de esta tradición los piornalegos viven la fiesta del 'Jarramplas' con entusiasmo e intensidad, colocándose cerca de los montones de nabos apilados por todos los rincones para cargar municiones cuando su objetivo hace acto de presencia.