Un acusado de incendiar su cafetería sostiene que compraba fruta en el momento en que lo sitúan adquiriendo gasolina

Actualizado: lunes, 13 enero 2014 20:45

Fiscal, aseguradoras y testigos mantienen que un hombre salió apurado poco antes de verse humo y que la cerradura se desarmó desde dentro

OURENSE, 13 Ene. (EUROPA PRESS) -

El copropietario de la cafetería Central Park de Ourense, incendiada en 2008, acusado de provocar el fuego y de intento de estafa, ha sostenido este lunes que los testimonios que lo sitúan comprando en la estación de servicio de Bentraces (en Barbadás, provincia de Ourense) dos garrafas de 20 litros de capacidad y 44 litros de gasolina son un "error humano al cien por cien" y ha afirmado que a esa hora él "estaba comprando fruta en la plaza de abastos" de Ourense, a 4 kilómetros, "como cada día".

El acusado, Carlos M.G., respondió únicamente a las preguntas del fiscal y de su letrado y, además de detallar su coartada para el día de la compra de la gasolina, el 29 de mayo, ha dicho que a la hora del incendio --que fue el 2 de junio-- estaba cenando con su hija en un restaurante de las afueras y "nada más recibir la noticia" de su socio fue por casa para recoger las llaves del local.

Así, ha negado haber comprado la gasolina, a pesar de que fue reconocido por el dueño y el empleado de la gasolinera entre cuatro fotografías mostradas por la Policía y en una rueda de reconocimiento posterior, en la prisión provincial de Pereiro de Aguiar. No obstante, en el juicio ambos han declarado "no recordar", por lo que se remitieron a sus primeras declaraciones cuando la jueza les conminase a "hacer un esfuerzo de memoria", ante la posibilidad de ser acusados de falso testimonio por sus respuestas vagas.

A la hora de la compra de la gasolina, confirmada por las facturas registradas por el dueño de la gasolinera que le atendió, el acusado ha insistido en que en realidad estuvo comprando fruta en la plaza de abastos, "como cada día y tal como indica el ticket de la compra" que ha asegurado que entregó a su abogado. "Aunque sólo tiene registrado el día pero no la hora", ha detallado, pese a que ese comprobante no forma parte de la documentación del proceso.

En la primera jornada de las tres previstas para este juicio han declarado una decena de testigos, entre ellos varios agentes policiales, el dueño y el empleado de la gasolinera, un técnico en alarmas, personal de limpieza del local y trabajadores y clientes de la cafetería vecina que estaban en la terraza colindante, a apenas cuatro metros del local que se incendió.

En el relato del acusado sobre las veces que estuvo en el local durante el día 2 de junio de 2008, antes de que ardiese, incluyó varias entradas en la cafetería a lo largo del día, entre ellas una alrededor de las 16,00 horas, para distribuir el hielo en bolsas mientras un equipo de cuatro personas hacía una limpieza mensual completa, y otra a las 20,00 horas, para comprobar que las limpiadoras dejaron todo "bien, y no las luces encendidas y la alarma desconectada como hicieron un mes antes", ha expuesto.

TESTIMONIO DE LAS LIMPIADORAS

Una de las limpiadoras ha declarado que, en la visita de primera hora de la tarde, el socio del local le explicó que volvería para "revisar todo" porque un mes antes otro equipo de la limpieza mensual le dejó las cosas mal.

A preguntas de la aseguradora del local, que actúa como acusación particular junto con otras dos compañías de seguros de afectados, la trabajadora de la empresa de limpieza añadió que desconocía lo ocurrido un mes antes. "Nuestro jefe, antes de ir al local para limpiarlo, nos dio las llaves y el código de la alarma pero no nos explicó nada de esa queja. Si la conozco es porque lo dijo el acusado cuando fue allí", ha explicado.

En su declaración, el acusado ha asegurado que a última hora de la tarde volvió y, durante unos segundos, comprobó que todo estaba en orden tras la marcha de las limpiadoras y ya no volvió hasta que tuvo noticia del fuego.

Los testimonios de varios trabajadores y clientes de las terrazas colindantes coinciden en que entre las 22,30 y las 22,50 horas del día del incendio vieron salir por la verja principal, a tres o cuatro metros de las mesas de la cafetería vecina, a un hombre que, con paso apurado, se fue en dirección contraria a la de la terraza ocupada por varios clientes.

En relación a la verja de la entrada principal, ninguno de ellos la vio abrir para permitir la entrada del posible sospechoso y el fiscal detalló que la persiana fue encontrada por los bomberos sin cerradura y con los tornillos tirados en el interior, cerca de la puerta de entrada.

Tanto el fiscal como la aseguradora del local se interesaron en sus preguntas a varios testigos por la forma en que se pudo extraer esa cerradura pues los tornillos de sujeción estaban hacia adentro del local y por tanto, de difícil acceso desde el exterior.

EMBARGOS Y DEUDAS

El acusado también ha reconocido que en el momento del incendio debía 23.000 euros a proveedores y la macrocafetería tenía un embargo de la Seguridad Social por impago, desde 2006. También explicó que "era peor" antes de llegar él como administrador único en febrero de 2007, pues lo "único" que hizo fue "sanear la empresa, que fue mejorando poco a poco".

El funcionamiento del sistema de alarma y el de detección de fuego centró numerosas preguntas a testigos, sobre todo las dirigidas a un técnico de alarmas que hizo el informe correspondiente a petición de los investigadores policiales.

Según el técnico, los datos registrados en el ordenador de la alarma detectora de presencia por calor no incluyen con exactitud los días de funcionamiento "porque en algún momento debió de haber un corte de fluído que descargó la batería", de forma que sólo registró minutos de conexión y desconexión del mecanismo sin detallar día ni hora.

Otros diez testigos, además de varios peritos, serán los que declaren a lo largo de la mañana del martes en la Audiencia Provincial de Ourense, mientras que, según las previsiones, el miércoles será el día para que los tres abogados de compañías aseguradoras -de Estrella Galicia, de una zapatería y del propio local-, el fiscal y el abogado de la defensa, expongan sus conclusiones definitivas.

El fiscal pidió, en su escrito de acusación, 10 años y 4 meses de prisión por incendio y otros diez meses por el intento de estafa, y el acusado se enfrenta además a reclamaciones de 90.000 euros por parte de la propietaria del bajo donde se instaló la cafetería, 665 euros de una zapatería próxima afectada por el humo y otros 10.000 de Hijos de Rivera por la pérdida de tanques y equipos cerveceros instalados en el local.