La Plataforma Galega Antitransxénicos sospecha que ya hay cultivos comerciales de este tipo en la comunidad

Actualizado: lunes, 7 abril 2008 16:33

Reclama que Galicia sea declarada territorio libre de estos cultivos y llama la atención sobre los daños que pueden producir

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -

La recientemente constituida Plataforma Galega Antitransxénicos alertó hoy de que "ya debe haber cultivos transgénicos" para uso comercial en la comunidad e informó de la existencia de un total de 11 solicitudes para realizar este año cultivos experimentales sobre maíz transgénico en varios ayuntamientos gallegos, que ya se llevan a cabo en Touro, Mesía, Val do Dubra, Ribeira, Castro de Rei, Vilalba y Lalín.

En una rueda de prensa, el secretario executivo de Adega, Fins Eirexas, explicó que España es el estado de la Unión Europea con mayor superficie cultivada de transgénicos, con unas 75.000 hectáreas en 2007. En ese sentido, explicó que desconoce "cuál es la localización" de estas plantaciones comerciales de maíz transgénico y manifestó sus sospechas sobre que parte de ellas puedan estar en Galicia.

"Sólo Asturias, País Vasco, Canarias y Baleares son comunidades libres de transgénicos", explicaron los miembros de la Plataforma Galega Antitransxénicos, que se constituyó oficialmente el pasado mes de febrero y que reclama a la Xunta que actúe y que también la comunidad gallega sea declarada libre de este tipo de cultivos genéticamente modificados.

RECHAZO TOTAL.

Desde el sector productivo, la representante del Sindicato Labrego Galego, Charo Sánchez, manifestó su "rechazo total" al cultivo de transgénicos y consideró que este tipo de creaciones artificiales "responden a los intereses económicos de cuatro multinacionales" y ya hay constancia de que "los daños que pueden producir al sector agrario".

En ese sentido, explicó que "es imposible" la coexistencia entre cultivos tradicionales y transgénicos porque se puede producir la contaminación de los primeros aún estando situados a 25 kilómetros de los últimos, por lo que consideraron "absolutamente insuficientes" los 200 metros de distancia que estipula la normativa actual para el cultivo de transgénicos respecto a los convencionales.

"Es necesario que la Xunta legisle", advirtió Fins Eirexas, que también reclamó a la Administración autonómica que mejore el etiquetado de estos productos. En esa petición coincidió la representante de Amigos da Terra, Analía Moares, quien puso de manifiesto la "inquietud" de la sociedad hacia los transgénicos y defendió la necesidad de un etiquetado correcto para facilitar "el consumo responsable y la libertad de elección".

Finalmente, Isabel López, de la Asociación de Productores de Agricultura Ecolóxica de Galicia, también hizo incidencia en la contaminación y lamentó que su colectivo no pueda seguir produciendo si se ven afectados por cultivos transgénicos. Así, reclamó a las empresas "que certifiquen por escrito" que estas producciones no causan problemas y así permitan a los agricultores afectados reclamar responsabilidades.

TRANSGÉNICOS.

La plataforma editó además un tríptico para informar a la ciudadanía sobre los transgénicos, plantas o animales creados artificialmente insertando en sus genes ADN de otros seres para dotarlos de funciones y características que el organismo natural no poseía.

El folleto explica que el cultivo de variedades transgénicas empobrece la biodiversidad y afecta negativamente a procesos ecológicos clave, por lo que las define como "chapapote genético", cuyo comportamiento es impredecible, contamina los cultivos tradicionales y acelera la resistencia a pesticidas y herbicidas.

En el ámbito de la salud, indica que las plantas modificadas genéticamente producen mayores dosis de sustancias tóxicas, pueden desarrollar nuevas alergias, podría hacer aparecer nuevas enfermedades y contribuyen al aumento de la resistencia de las bacterias patógenas.

Finalmente, en el sector de la agricultura, señala que los transgénicos contribuyen a la pérdida de las variedades tradicionales, infecta estas explotaciones por hibridación y "beneficia a los países ricos en detrimento de los pobres", que según la plataforma se podrían ver obligados a abandonar las explotaciones.