El subdelegado en Pontevedra califica de "puntual" el robo en el chalé de Combarro y niega que haya una banda del Este

Actualizado: jueves, 6 marzo 2008 19:55

El matrimonio, que sufrió agresiones, cree que el atraco estaba "totalmente preparado" y confiesa que siguen "muy nerviosos"

PONTEVEDRA, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Delfín Fernández, consideró hoy que es "puntual" el atraco perpetrado esta semana por tres delincuentes que entraron a robar en un chalé de Combarro, en el municipio de Poio, y agredieron al matrimonio propietario que les sorprendió en el interior de la vivienda, y negó que una banda del Este esté implantada y actúe en la provincia pontevedresa.

"No vivimos en una zona donde todos los días se están produciendo robos en domicilios", aseveró el subdelegado del Gobierno tras insistir en que fue un hecho puntual y precisar que "no fue ni un asalto ni un atraco, sino un robo con violencia que pudo haber sido sin violencia si en la casa no hubiera moradores".

Delfín Fernández aseguró que este fue "el único robo de estas características que se produjo en la zona", y negó la existencia de una banda organizada de delincuentes procedentes de países del Este. "La mayoría de los robos que se producen en esta provincia son de delincuentes autóctonos, reincidentes que están en la marginalidad o pertenecen a grupos que consumen estupefacientes", manifestó.

Delfín Fernández puntualizó que en este caso aún no se resolvió la identidad de estos tres jóvenes, que "al parecer hablaban correctamente el castellano y alguno tenía cierto acento sudamericano".

LLAMAMIENTO A LA CALMA.

Por ello, hizo un llamamiento a la tranquilidad de los pontevedreses porque "tarde o temprano los delincuentes caen", y aconsejó que, ante un suceso de estas características, "lo mejor es no ofrecer resistencia, mantener la sangre y fría y fijarse bien en todo porque las observaciones que se puedan hacer llegar a la Policía son cruciales para la resolución del suceso".

En este caso concreto Delfín Fernández señaló que el matrimonio pudo facilitar diversos detalles, que no concretó, sobre las características físicas de los asaltantes, ya que actuaron a cara descubierta.

El matrimonio echó en falta en casa dinero en metálico y diversos objetos y joyas por valor de aproximadamente 12.000 euros, y precisó asistencia médica por sufrir el marido José Antonio Folla, de 56 años de edad, diversos traumatismo, mientras que su esposa, Dolores Barros, de 57 años, sufrió una crisis nerviosa y ambos fueron amenazados de muerte.

ATRACO PREPARADO.

En una entrevista con Europa Press, las dos víctimas de este atraco se mostraron seguras de que el golpe "estaba totalmente preparado", ya que ambos salen y entran a menudo del hogar. Además Dolores Barros recordó que hace unos días vio "una furgoneta blanca" merodeando por los alrededores.

Según relató el matrimonio, los ladrones hablaban castellano, y aunque el marido admitió no recordar ninguna característica en el acento porque "estaba muy nervioso", su mujer aseguró que no parecían gallegos.

Aunque en un principio creyeron que los ladrones, que entraron por la ventana, no habían tenido tiempo a sustraer ningún objeto de la casa, al entrar en su cuarto descubrieron un enorme desorden y la falta de joyas y dinero, valorado todo en unos 12.000 euros.

VIVIR CON MIEDO.

El matrimonio reconoce sentirse peor ahora que el día del atraco. "Fatal, estoy fatal; cada vez lo llevo peor; no soy capaz ni de entrar en la habitación", confesó Dolores Barros. "Ahora estás más nervioso; te encuentras impotente", agregó su esposo.

José Antonio Folla descubrió a los ladrones cuando se dirigía al corral en la planta baja de su finca. "Llegamos a casa y yo bajé para cerrar las gallinas y al llegar ya veo a los tres en la terraza y les grité '¡qué hacéis ahí!', y ya se descolgaron y empezaron a golpearme", relató el propietario de la vivienda, con el rostro lleno de moretones. Mientras recibía los golpes, otro de los atracadores "cogió una piedra" y le golpeó con ella.

En ese momento, su mujer, Dolores Barros, que había entrado en casa para dejar la bolsa de deporte que traía en la mano, alertada por los ruidos, salió a ver lo que pasaba, pero los atracadotes la amenazaron de muerte para evitar que pidiese auxilio. "Me dijeron 'no se mueva porque la matamos", explicó la mujer.

Como consecuencia del ataque, José Antonio Folla tiene la nariz rota y varios traumatismos en cuerpo y cara. Por su parte, su mujer, que fue atendida por un ataque de nervios provocado por la situación, dijo que escuchó como uno de los atracadores gritaba a los otros que golpeaban a su marido: "¡mátalo, mátalo!".

Después de eso, la mujer reconoce que se quedó "inmóvil" y que, víctima del pánico, no pudo reaccionar. "No era capaz de reaccionar; las piernas no me daban; sólo dije 'por favor no me hagan nada", concluyó.