Touriño concurre por tercera vez a las elecciones para "consolidar el cambio" iniciado en 2005

Actualizado: domingo, 1 marzo 2009 10:07

El PSdeG destaca de él su "capacidad de trabajo" aunque cree que "debería delegar más" y que es "mejor presidente que candidato"

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

El secretario xeral del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, concurre por tercera vez a las elecciones autonómicas con el fin de "consolidar" el "cambio" iniciado en 2005 y con la referencia del trabajo realizado como cabeza visible del Gobierno bipartito de la Xunta de Galicia durante esta legislatura.

Nacido en A Coruña en 1948, el mayor de los candidatos a la Presidencia del Gobierno gallego es doctor en Ciencias Económicas por la Universidade de Santiago de Compostela, donde desempeñó el cargo de vicerrector para Asuntos Económicos, lo que le confiere un "plus de solvencia" para hacer frente a la actual crisis, según indicaron fuentes del PSdeG a Europa Press.

Además, entre sus virtudes destacan su "perseverancia", su "enorme compromiso" y su "capacidad de trabajo" y creen que los cuatro años que pasó en la oposición al frente del partido le otorgan "una perspectiva" de Galicia con la que no cuentan sus adversarios, el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, y el portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana. "Su tarea en el Parlamento es un punto a su favor", concluyeron las mismas fuentes.

"Demostró ser muy sensato y prudente, una persona responsable que afronta los problemas y no huye de sus responsabilidades", describieron, aunque matizaron que esta constatación puede convertirse "en un defecto" porque "trabaja excesivamente" y "siempre está pendiente de todo, haciendo seguimiento de los temas de cada uno". "Debería delegar un poco más", entienden.

Del mismo modo, consideraron que constituye "un mejor presidente que candidato", puesto que, aunque actualmente está avalado por su gestión al frente de la Xunta, en las anteriores citas electorales "le faltaba gancho". Algo que achacaron a su "timidez", que le provoca "dificultades para hablar con quien no conoce" y que "le puede hacer parecer una persona poco cercana".

Sin embargo, las encuestas le otorgan una valoración "mucho mejor" que a los otros dos líderes, debido a que, según apuntaron, "demostró ser un presidente muy solvente". "Porque dio respuestas frente a la crisis y en las demás áreas", explicaron, y situaron a Feijóo en el extremo opuesto como "una persona poco seria, demagógica y desnortada".

Desde que tomó posesión de su cargo al frente del Ejecutivo gallego en 2005, cuando se marcó el compromiso de "gobernar para todos los gallegos", la palabra "cambio" fue la más utilizada por él, seguida por el "consenso" y la "unidad" en materias como el idioma y los proyectos de desarrollo y bienestar para la autonomía. Esta unidad, precisamente, fue el lema de su campaña y precampaña electoral ('O que nos xunta').

RECORRIDO POLITICO

La vocación política de Touriño arranca en su época de estudiante, cuando militaba en el Partido Comunista y participó en luchas estudiantiles en el declive del franquismo. Además, participó directamente en el proceso del Estatuto de Autonomía de Galicia y en los 'Pactos do Hostal' que lo posibilitaron.

Touriño ocupó su primer cargo institucional de la mano del actual alcalde de Vigo, Abel Caballero, cuando éste fue ministro de Transportes, Turismo y Telecomunicaciones, en 1985. Once años más tarde, retornó a Galicia y al año siguiente, volvió al Parlamento gallego después del fracaso del PSdeG en las elecciones autonómicas, que convirtió a este partido en la tercera fuerza política, por debajo del BNG de Xosé Manuel Beiras.

Ya en 1998, fue nombrado secretario xeral de un partido fuertemente dividido, en sustitución de Francisco Vázquez, con un 61,5 por ciento de los votos de los delegados. De este modo, en 2001 presentó por primera vez su candidatura a la Presidencia de la Xunta. Aunque perdió en los comicios gallegos, mejoró los resultados al obtener 17 escaños, dos más que en 1997, lo que le valió el empate con la formación frentista. Cuatro años más tarde, obtuvo 25 diputados, la segunda mejor cifra desde los 28 logrados en 1989.

Con estos datos, que le permitieron gobernar en coalición con el Bloque, Touriño fue reelegido en julio de este año como secretario xeral del PSdeG con el apoyo del 97,37 por ciento de los delegados, sin ninguna candidatura enfrente, y sin ningún voto en contra, aunque con una docena de abstenciones.

ARGUMENTOS DE CAMPAÑA

El mensaje de campaña de Touriño utilizó el vértice de "consolidación del cambio" ante la convicción de que Galicia "necesita más avance y progreso" y que el PP significa un paso atrás".

En este sentido, reivindicó especialmente la creación de la Ley de Protección del Litoral --que impide construir a 500 metros de la costa-- y de la Ley de Igualdad como los textos normativos más importantes de su mandato.

También suele destacar como logros de su mandato la gratuidad de los libros de texto en Educación Primaria, la construcción de autovías libres de peaje, el saneamiento de las rías y la creación de puestos de trabajo a un ritmo superior al de la media española y mayoritariamente destinados a mujeres

DIRECCIÓN DE LA CAMPAÑA

Aunque desde el primer momento, el dirigente socialista aseguró que su campaña se desarrollaría "con tranquilidad y sin crispación", tras una primera semana en la que se limitó a comparar la gestión del Gobierno bipartito de la Xunta con la del anterior Ejecutivo popular, Touriño renunció al pacto de no agresión que parecía haber firmado con sus socios de gobierno para rechazar "imposiciones lingüísticas" y para asegurar que no volvería a ser presidente "a cualquier precio".

De este modo, dio un giro de 180 grados a su discurso, aunque evitó profundizar más en el enfrentamiento con los nacionalistas e incluso con los populares, algo que quedó reservado para los segundos espadas que le acompañaban en las distintas localidades en las que transmitió su mensaje.

En lo que sí se mantuvo estable la campaña fue en torno a la petición de una amplia movilización, con el fin de evitar la abstención que tanto daño puede hacer a los socialistas en cada cita electoral, conscientes de que una elevada ausencia de ciudadanos en las urnas incrementaría las posibilidades de gobernar de los populares.