La previsión es que a finales de año estas tres variedades recuperadas ya se puedan plantar en las Islas
PALMA DE MALLORCA, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, a través del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Irfap), está tramitando la última fase para autorizar la plantación y vinificación de las variedades de viña Callet Negrella, Esperó de gall y Mancs de Tibús.
Según ha informado este jueves en un comunicado la Conselleria, es el último paso del proceso después de la aprobación de la inscripción en el Registro de Variedades Comerciales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
La propuesta de autorización está ahora en consulta previa. La previsión es que a finales de año estas tres variedades recuperadas ya se puedan plantar en las Islas y acabará así un proceso que ha durado más de 10 años.
La consellera de Agricultura, Mae de la Concha, ha participado este jueves en una cata de vinos de estas variedades, organizada por la Conselleria, junto con las bodegas colaboradoras.
Asimismo, han asistido el director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gabriel Torrens; el jefe de servicio de Agricultura, Andreu Juan; el equipo del Irfap, y las tres bodegas que han plantado y han hecho los vinos a modo experimental.
De la Concha ha destacado "la importancia de la experimentación en todos los campos del sector primario, y en concreto, en el de la viña, puesto que permite ir hacia un producto más selecto y único".
VARIEDADES DE VIÑAS
El Callet Negrella, el Esperó de Gall y el Mancs de Tibús son variedades autóctonas negras y han sido objeto de estudio tanto por parte del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación como por parte del Irfap.
El Callet negrella es una variedad que fue encontrada en la zona de Cas Concos (Felanitx). Según las consideraciones hechas durante la cata, destaca por ser una variedad "equilibrada por su acidez, en nariz presenta aromas florales y de fruta, y en boca es un vino amable, redondo, largo y nada astringente".
Por su parte, el Mancs de Tibús es una variedad muy común hasta el siglo XIX. Durante la cata ha sido calificado como "un vino joven, que podría adoptar el perfil de vino rosado o ancestral" y que destaca "por el aroma a fruta roja, a pesar de que es un vino cerrado".
Finalmente, el Esperó de gall está muy citado a finales del siglo XIX, con personalidad y diferenciado del resto. En la cata se ha resaltado que presenta en nariz "aroma a pimientos tostados y afrutado de pera en boca", además se ha considerado "un vino elegante y con esencia".
