PALMA DE MALLORCA, 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de las principales marcas comerciales que se conocen como autóctonas de Baleares fabrican sus productos fuera del archipiélago, bien en otras Comunidades bien en países remotos, principalmente de Asia, lo que constituye una tendencia que, además, va en aumento y podría afectar en el futuro a las marcas en sí, que dejarían de estar vinculadas a las islas o lo estarían de una manera puramente propagandística.
Según expuso, en declaraciones realizadas a Europa Press, el responsable de Acción Sindical de UGT en las islas, Manuel Pelarda, "una parte importante de nuestros productos se fabrican, de forma total o parcial, fuera de las islas"; proporción que, en el caso de la industria del calzado, da ejemplos como el de Camper, que vende más del 50 por ciento de los zapatos que se atribuyen a las Baleares, a pesar de que toda su producción se realiza en otros lugares.
De hecho, la deslocalización de los productos baleares es actualmente "tan elevada" que basta decir que la mayoría de las firmas de bisutería, empezando por las perlas cultivadas de Orquídea y Majorica; y, siguiendo por Camper y casi la totalidad del resto de marcas de calzado, fabrican sus productos fuera de las islas, manteniendo aquí sólo el diseño y la comercialización. Por ello, no dudó en considerar que la "última insignia" del zapato de las islas son sus marcas.
Por ese motivo, el problema que ahora vislumbra el sindicalista es que los países que verdaderamente realizan la producción empiecen a interesarse por la adquisición de marcas, porque el precio de posicionar una de ellas en el mercado "es tan elevado que muchos se plantean adquirir una ya existente antes que lanzar una nueva"; lo cual, "debe preocuparnos, porque --una vez vendidas-- se desvinculan de Baleares", señaló el representante de UGT, extrabajador del calzado.
Este es el caso de China, donde en los últimos años han proliferado las fábricas de calzado y de una múltiple cantidad de productos, pero donde no cuentan con logotipos prestigiados. Y, "quien controla las marcas, controla la comercialización". De modo que tienen una cuenta pendiente para avanzar en el mercado; un problema que pueden remediar "a base de poner dinero sobre la mesa", incidió Pelarda, quien teme que la desaparición de marca suceda a la de las factorías, que ya se está viviendo.
El caso más reciente conocido es el de Alarsol 2, una fábrica con sede en Llucmajor, que cerró sus puertas hace unas semanas, al presentar un concurso de acreedores (suspensión de pagos) que dejará en el paro a sus 118 trabajadores, que la temporada pasada confeccionaron 120.000 pares de zapatos, el récord de la empresa. La producción de Alarsol se encuentra actualmente deslocalizada en India. No obstante, la marca para la que trabaja sigue siendo oficialmente mallorquina.
