MADRID, 26 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un ingeniero de recursos hídricos de nacionalidad afgana que trabajaba con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) falleció ayer en la serie de atentados con cinco coches bomba cerca de las oficinas de agencias humanitarias extranjeras y del consejo provincial de la ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán.
El último balance de víctimas eleba la cifra de fallecidos a 40 y los heridos a 60, la mayoría de ellos civiles. ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque en Kandahar, pero éste es uno de los principales bastiones de los talibán.
Según informa el CICR en un comunicado, médicos y enfermeras del hospital regional Mirwais, apoyado por un equipo sanitario de expatriados de la organización humanitaria y que incluye un cirujano y un anestesista, han trabajado durante toda la noche para atender a las víctimas. El equipo todavía está operando hoy a algunos pacientes.
Para el CICR, el balance final de muertos y heridos aumentará con toda probabilidad debido a la intensidad de las explosiones. "Sólo estamos viendo a los heridos que traen al hospital Mirwais", explicó el director de la subdelegación de la ONG en Kandahar, Karl Mattli.
En el momento en que se produjeron los atentados, el ingeniero Abdul Wadood, de 48 años, se encontraba en su casa y falleció cuando el techo de la habitación se vino abajo. Su mujer y diez hijos no estaban en Kandahar.
"El CICR está profundamente conmocionado por la muerte de un colega muy querido y expresa su más sentido pésame a la familia del señor Wadood", indica el comunicado.
