África-El fin de la inmigración ilegal requiere mirar dentro y fuera de las fronteras, recuerda la Nobel Wangari Maathai

Actualizado: miércoles, 7 marzo 2007 20:45

Mientras los africanos sigan sumidos en la pobreza "seguirán tratando de alcanzar Europa, donde creen que la hierba verde es más verde"

MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

La premio Nobel de la Paz 2004, la keniana Wangari Maathai, estimó hoy que si España y los países de la Unión Europea en general quieren solucionar sus problemas con la inmigración ilegal subsahariana deben "mirar no sólo dentro de sus fronteras sino también fuera de ellas" y buscar los caminos para cooperar con los países africanos, en el marco de su participación en el II Encuentro Internacional España-África 'Mujeres por un mundo mejor', que se celebra hoy y mañana en Madrid.

Maathai afirmó conocer los "graves problemas de España con la inmigración subsahariana" y recordó que el problema principal es que "los africanos son muy pobres y mientras se les deje en la pobreza tratarán de llegar a Europa, donde creen que la hierba verde es más verde". Para ejemplificar señaló que si los países del Norte permiten a grandes compañías ir a pescar a las costas africanas, los pescadores locales se quedan si pescado y "¿qué hacen? Ir detrás del pescado. Si el pescado va al norte ellos también", explicó.

Por otra parte, la premio Nobel reconoció desconocer el contenido del Plan Africa 2006-2008 lanzado por el Gobierno para mejorar la cooperación con los países del África subsahariana aunque aseguró que en el marco de la conferencia ha recibido una copia que estudiará. Asimismo agradeció al Gobierno español y "especialmente a la vicepresidenta (Mª Teresa Fernández de la Vega) el esfuerzo realizado para traer a mujeres africanas a tratar temas de educación, Medio Ambiente y paz". "Este encuentro es un abrazo entre España y África", manifestó, añadiendo que el Gobierno español "está dispuesto a apoyar programas para el cambio en África".

"Estoy segura de que en tres o cuatro años se verán los resultados de este encuentro", señaló, recalcando que De la Vega es una mujer "de acción" y no sólo "de palabras".

En concreto, con Kenia, Maathai resaltó el millón de euros aportado por el Ejecutivo español para un proyecto de reforestación en una de las reservas ecológicas más importantes del país que se ve afectada por la deforestación, así como el apoyo con 80.000 euros a la tarea encargada por la Unión Africa al refuerzo de la sociedad civil africana, con objeto de hacerla más democrática y provocar el fomento del buen gobierno.

Precisamente es este campo, el del desarrollo sostenible y el respeto medioambiental como forma de promover la paz, el que le valió a Maathai el logro del prestigioso galardón noruego en 2004, convirtiéndose en la primera mujer africana en lograrlo.

RETOS PARA EL CONTINENTE MÁS POBRE

África, según la premio Nobel, se enfrenta a una gran variedad de retos como son la deforestación y la desertización, el hecho de que el 80 por ciento de su población se dedique a la agricultura de subsistencia, la falta de capital y tecnología para convertir los recursos en bienes que puedan ser vendidos en un mercado competitivo, la escasez de inversión en educación o sanidad, o la falta de agua, entre otros. Este último asunto, vaticinó "será motivo de conflictos en un futuro no muy lejano".

Respecto al futuro de la mujeres africanas, Maathai aseguró que la clave está en la educación. "Si consigues una educación tienes posibilidad de elegir, un trabajo, independencia económica, eliges cuando casarte, cuando retirarte". La propia keniana, licenciada en biología, fue la primera mujer de África Central y Oriental en obtener un doctorado.

"Pero si no hay oportunidad de acceder a educación se reducen las posibilidades de elección" y se fortalecen las tradiciones de sociedades controladas por hombres "que están educados para pensar en las mujeres como dependientes de ellos", explicó.

En cuanto a las posibilidades de las mujeres africanas para triunfar en la política, Maathai valoró positivamente que los Gobiernos establezcan cuotas de participación, como en Ruanda o Uganda, donde existe dicha legislación, lo que hace que las cámaras estén representadas por entre un 30 y un 50 por ciento de mujeres diputadas. "Sin embargo, en Kenia, donde no existe dicha cuota, hay 18 mujeres diputadas de un Parlamento con 220 escaños", lamentó.