GINEBRA, 17 Oct. (Reuters/EP) -
Las agencias humanitarias han advertido este jueves de sus problemas para atender las necesidades de las hasta 200.000 personas que se han visto desplazadas por los combates a raíz de la ofensiva turca en el noreste de Siria, al tiempo que han denunciado falta de agua en la ciudad de Hasaka.
La operación turca ha provocado ya la suspensión de la mayoría de las actividades por parte de Mercy Corps y de Médicos Sin Fronteras (MSF). La ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) todavía operan en esta parte de Siria, donde este último organismo estima que hay entre 170.000 y 200.000 desplazados.
"No nos estamos retirando o reduciendo nuestras actividades en el noreste", ha asegurado a Reuters la portavoz del CICR, Ruth Hetherington.
El hospital de campaña gestionado por el CICR y la Media Luna Roja Siria en el campo de Al Hol, donde viven unas 68.000 personas incluidos familiares de combatientes de Estado Islámico, sigue operando como de costumbre, y también se está distribuyendo agua y comida a algunos residentes, ha precisado.
En la ciudad de Hasaka, los residentes y los desplazados se están encontrando con problemas de falta de agua, ha indicado Hetherington. La planta de agua de Aluk, que abastece a 400.000 personas en Hasaka, no está operativa tras resultar dañada en los combates, ha indicado la portavoz del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), Marixie Mercado.
La agencia de la ONU está repartiendo agua mediante camiones cisterna en los refugio pero la situación es "motivo de grave preocupación", ha señalado.
MSF ha evacuado a decenas de sus trabajadores expatriados del noreste tras constatar que no podía negociar un acceso seguro para su personal "Estamos intentando mantener los suministros a hospitales y estructuras médicas en todo el noreste de Siria el máximo posible", ha asegurado a Reuters su director de emergencias para Siria, Robert Onus, que ha explicado que la ONG era una de las principales suministradoras de vacunas en esta parte del país.
MSF había entregado suministros médicos y material, incluido el hospital de Tal Abyad, el mayor de la zona y que ofrece servicio a 200.000 personas, ha afirmado Onus.
La ONG se ha retirado del campo de Ain Issa, donde viven unos 13.000 desplazados y donde ofrecía agua y saneamiento a los extranjeros vinculados con combatientes de Estado Islámico en una sección separada, ha precisado, expresando su "gran preocupación por el agua allí". MSF ha suspendido la atención sanitaria que ofrecía en Al Hol, ha precisado Onus.
ESCUELAS COMO CENTROS DE ACOGIDA
"A medida que la gente continúa desplazándose, las escuelas se están utilizando como centros de acogida", ha subrayado por su parte Chiara Saccardi, responsable geográfica de Acción contra el Hambre (ACH) para Oriente Próximo.
Según los datos de los que dispone la ONG, "al menos 14 escuelas acogen a parte de la población desplazada en la ciudad de Hasaka y otras 18 en Tel Tamer". "Los hospitales en Ras al Ain y Tel Abyad han dejado de estar operativos desde el 11 de octubre", ha resaltado en un comunicado.
Los equipos de ACH en el terreno están intentando reparar la planta de Ayuk pero no han podido acceder a la ciudad debido a las hostilidades en curso. "Estamos preparados para poner en marcha nuestra respuesta de emergencia en los barrios de Al Nashawa y Ghweran en cuanto las condiciones de seguridad lo permitan", ha indicado Saccardi, precisando que la ONG prevé "la distribución de agua mediante camiones cisterna, la instalación de tanques de agua, y distribución de kits de higiene y comida".
"Necesitamos un acceso fluido y sin trabas para poder atender a la población afectada en la región de Hasaka, tanto el acceso de equipos humanos y material de primera necesidad como también de transferencias internacionales de dinero para habilitar los suministros que realizamos desde los mercados locales", ha defendido Manuel Sánchez-Montero, director de incidencia y relaciones institucionales de ACH.
