AI denuncia que el Gobierno de Cuba usa el despido como "herramienta de represión" para silenciar a los críticos

Mercedes Castro, trabajadora de H. Upmann Tobacco
REUTERS / ALEXANDRE MENEGHINI
Actualizado: jueves, 16 noviembre 2017 7:02

LA ONG urge al régimen cubano a aprovechar la oportunidad de cambio que brinda la inminente sucesión de Raúl Castro

MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) ha denunciado en un informe presentado este jueves que el Gobierno de Raúl Castro ha empezado a usar el control absoluto que tiene sobre el mercado de trabajo en Cuba como "una herramienta de represión" más para acallar cualquier voz disidente, por "sutil" que sea.

En Cuba, el Gobierno sigue siendo el principal empleador, gracias a un todopoderoso sector público que proporciona el 70 por ciento de los puestos de trabajo. El ámbito privado, aún en un estado embrionario, depende también del Ejecutivo por la regulación del libre mercado, que ha frenado recientemente al suspender las licencias para 'cuentapropistas'.

Según la ONG, este férreo control sobre el mercado de trabajo ha permitido al régimen 'castrista' recurrir a "despidos discriminatorios e indebidos" en el sector público y al "acoso en el sector emergente del empleo por cuenta propia" para sofocar cualquier crítica.

"Muchas personas en Cuba se sienten asfixiadas por unos mecanismos de control estatal sobre su vida cotidiana. Parte de ese control es: si quieres mantener un empleo, tienes que estar de acuerdo con todo lo que diga el Gobierno", ha dicho Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

La vida de Jorge Luis, campeón deportivo, se desmoronó tras decir en una entrevista en la televisión estatal que el Gobierno no financia lo suficiente el deporte. Poco a poco fue relegado de la competición y finalmente fue despedido de su empleo público. "Sencillamente le dijeron que ya no reunía los requisitos necesarios para el trabajo", señala AI.

Le dieron un plazo máximo de 20 días para encontrar otro trabajo. De lo contrario, le advirtió la Policía, sería considerado un peligro social. Jorge Luis no pudo conseguir un nuevo empleo porque en todos los lugares le tachaban de "contrarrevolucionario". "Incapaz de mantener a su familia, decidió abandonar Cuba", cuenta la ONG.

AI ha incidido en que, una vez fuera del sistema de empleo público, las personas quedan estigmatizadas, lo que hace casi imposible que encuentren otro trabajo. "No eres confiable", es la frase habitual, que significa que "una persona no es confiable políticamente en lo relativo a la ideología del Estado".

TODOS LOS SECTORES

Este "acoso" laboral se extiende "incluso a personas que no son políticamente activas". "En Cuba todo es ilegal", ha afirmado un ex agente de la seguridad del Estado cuyo trabajo consistía en infiltrarse en centros de trabajo para denunciar a sus empleados.

"El hecho de que las autoridades no hayan respetado los Derechos Humanos de la gente ha tenido un impacto que va mucho más allá de las personas que han sido blanco de acciones por su activismo y se filtra en las experiencias y esperanzas cotidianas de personas de todos los sectores sociales", ha afirmado Guevara-Rosas.

Así, la mayoría de las personas entrevistadas por AI --ha hablado con 60, todas inmigrantes en México porque Cuba "sigue siendo el único país de las Américas donde a Amnistía Internacional no se le permite hacer una visita"-- aseguran que no habían criticado nunca abiertamente al Gobierno y aún así la mitad fueron detenidas al menos una vez.

Por ejemplo, una mujer que trabajaba en un comercio ha relatado a la organización que en 2011 estuvo ocho meses encarcelada por "adquirir ilegalmente carne de res", aunque al final fue absuelta por un juez que consideró que no había pruebas suficientes para mantenerla presa.

AI ha recordado que la legislación cubana establece unos tipos penales sumamente vagos que dan cabida a estos casos. El Código Penal contempla la proclividad a cometer un delito, acciones futuras "antisociales" y la relación con personas "potencialmente peligrosas para la sociedad" o que amenacen "el orden social, económico y político del Estado".

SIN RECURSOS

Todos estos casos quedan impunes porque "quienes son expulsados de su empleo a causa de sus opiniones no tienen una instancia a la que acudir para recurrir su despido", dado que todos los sindicados en Cuba están vinculados al aparato estatal, no hay ninguno independiente.

Además, muchos desisten de emprender cualquier acción legal porque consideran que el sistema está completamente corrompido. "¿Para qué vas a contratar un abogado si el abogado es del mismo Gobierno?", ha planteado un hombre de 31 años que ha intentado salir de Cuba seis veces por mar y, por ello, no ha podido encontrar trabajo.

A este respecto, AI ha recordado que, "pese a los cambios introducidos recientemente en las leyes sobre migración cubanas, tratar de salir del país por mar sigue considerándose delito". Quienes lo hacen son calificados de "desertores", "traidores" y "contrarrevolucionarios", lo que les excluye automáticamente del campo laboral.

POSIBLE CAMBIO

Amnistía Internacional ha estimado que el régimen cubano tiene una oportunidad de corregir esta situación con el cambio político previsto para el próximo año, cuando Raúl Castro ceda la vara de mando a alguien que, por primera vez desde 1959, no llevará el apellido familiar.

"Ahora que Raúl Castro se dispone a abandonar su cargo en febrero de 2018, Cuba tiene la oportunidad de iniciar un diálogo significativo sobre Derechos Humanos", ha sostenido Guevara-Rosas, subrayando que "es imperativo que el país empiece a hacer los cambios necesarios para que la libertad de expresión se convierta en una realidad"

En concreto, ha urgido a las autoridades cubanas a "revisar todas las leyes penales que son contrarias a las normas internacionales y poner fin al acoso a trabajadores como forma de silenciar incluso las críticas más sutiles". "Hasta que no lo hagan, el país seguirá siendo una prisión mental", ha advertido.

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