KARACHI, 27 Ene. (Reuters/EP) -
Las protestas en todo el país por el asesinato policial a un joven pashtún en la ciudad más grande de Pakistán ha aumentado las denuncias de la persecución por parte de las autoridades a los refugiados del noroeste del país.
El Tribunal Supremo paquistaní lanzó el 19 de enero una investigación sobre la muerte de Naqibulá Mehsud, un joven aspirante a modelo de 27 años. Fue uno de los cuatro hombres asesinados seis días antes en lo que la Policía inicialmente informó de que era un tiroteo con presuntos milicianos islamistas. El Supremo tiene planeado comenzar vistas judiciales sobre el caso este sábado.
El equipo policial que acabó con la vida de Mehsud estaba bajo el mando del superintendente Anwar Ahmed Khan, que fue suspendido el 20 de enero por recomendación de un comité de investigación policial. El comité se estableció después de que el padre del joven, Muhamed Khan Mehsud, que niega que su hijo tuviera vínculos con milicianos, presentara una denuncia por el secuestro y el asesinato de su hijo.
Según datos de la Policía recogidos por Reuters, en los siete años en los que Anwar estuvo al mando del distrito de Karachi Malir, que tiene una gran población de pashtunes, al menos 450 personas murieron en 200 enfrentamientos con la Policía en los que había armas. Un alto funcionario de la Policía, que pidió no ser identificado, aseguró que la mayoría de los asesinados eran pashtunes.
La Policía paquistaní se refiere a cualquier enfrentamiento armado con sospechosos como un "encuentro". Algunos activistas defensores de los Derechos Humanos y familias de las víctimas han alegado durante años que tales incidentes a menudo son organizados para encubrir asesinatos extrajudiciales.
Los pashtunes son el segundo grupo étnico más grande de Pakistán y muchos se han trasladado a las grandes ciudades del país para escapar de la violencia en la frontera afgana.
