Bélgica.- Condenas de hasta 7 años para los tres islamistas vinculados con los atentados de Madrid y Casablanca

Actualizado: jueves, 16 febrero 2006 21:47

BRUSELAS, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal Correccional de Bruselas condenó hoy a los islamistas Abdelkader Hakimi y Lahussine El Haski a siete años de prisión firme por dirigir la célula belga del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), un movimiento ligado a Al Quaeda y vinculado a los atentados del 11-M y a los de Casablanca.

Otro de los acusados, Mustafá Lunani, recibió una condena de 6 años también en tanto que dirigente de grupo terrorista. Se trata de penas inferiores a las solicitadas por el fiscal, que había pedido 10 años para los dos primeros y 8 años para Lunani. Para otros 6 acusados, que fueron reconocidos como miembros de un grupo terrorista, las penas van de 3 a 5 años. Otros dos fueron absueltos, y los dos restantes, declarados culpables sólo de estancia ilegal.

Durante la lectura sentencia, el presidente del Tribunal, Pierre Hendrickx, consideró probado que la célula belga del GICM acogió, albergó y prestó apoyo a supuestos autores de los atentados del 11-M en Madrid. En concreto, el sumario les acusaba de haber escondido entre abril y mayo de 2004 a Mohamed Afalah, uno de los huidos del piso de Leganés. Las huellas de Afalah fueron localizadas por la justicia española en la casa de Morata de Tajuña, donde se fabricaron las bombas de Madrid, y en un coche. La policía belga encontró las mismas huellas en un apartamento en el barrio de Schaerbeek, en Bruselas.

Asimismo, el hermano de Lahussine El Haski, Hassan, está detenido en España por su presunta participación en los atentados de Madrid. La célula belga, según el presidente del Tribunal, era una "célula durmiente" del GICM, que aportaba a la organización apoyo logístico. "Era el auxiliar obligatorio de las divisiones operativas, y estaba preparada para ser activada rápidamente", indicó.

Los 13 hombres sentenciados, en su mayoría de origen marroquí, fueron detenidos en junio de 2004 en Amberes y Bruselas. Aunque la policía belga sospechaba que, en el momento de su detención, estaban preparando un atentado fuera de Bélgica, los investigadores no encontraron ningún escondite de armas ni explosivos.