Birmania.- HRW pide al Consejo de Seguridad que intervenga para detener los ataques del Ejército sobre la etnia Karen

Actualizado: miércoles, 3 mayo 2006 21:48

NUEVA YORK, 3 May. (EUROPA PRESS) -

El Consejo Seguridad de la ONU debe responder inmediatamente a los ataques del Ejército birmano sobre los civiles de la etnia Karen, que han desplazado a más de 10.000 personas desde el pasado noviembre, según manifestó hoy la organización Human Rights Watch (HRW).

Gran cantidad de civiles están siendo desplazados hacia Tailandia, país con el que Birmania comparte frontera al sur, en busca de refugio y seguridad, con el riesgo que conlleva atravesar la frontera entre ambas naciones, sembrada de minas antipersona por el Ejército birmano, informó la organización.

Según HRW, Naciones Unidas "se ha comprometido a proteger a los civiles en riesgo, y miles de birmanos necesitan urgentemente esa ayuda". Así, sin la acción decisiva del Consejo de Seguridad, "las matanzas y abusos no se detendrán". El Consejo debe poner a Birmania en su agenda, en base a su resolución del 28 de abril de 2006 'Sobre protección de Civiles en Conflictos Armados', en la que afirma que existe una responsabilidad colectiva por parte de los miembros de la ONU para proteger a la población civil del genocidio, los crímenes de guerra, las limpiezas étnicas y los crímenes contra la humanidad, cuando sus propios gobiernos no garantizan dicha protección, consideró HRW.

"China y Rusia deben dejar de bloquear las acciones contra Birmania en el Consejo de Seguridad", aseguró HRW, porque esto da "luz verde" a la Junta Militar que gobierna Birmania desde 1988, para "chamuscar la tierra".

Desde noviembre de 2005, el Ejército birmano o 'Tatmadau', comenzó una ofensiva en las regiones norte y occidental del estado de Karen. Desde entonces las tropas han saqueado y quemado casas y plantado minas antipersona en áreas civiles para aterrorizar a la población local.

Asimismo, se han registrado desplazamientos forzados, y ejecuciones sumarias, torturas y asesinatos extrajudiciales. Además, campesinos de la etnia Karen que han huido de la región han informado de que muchas personas son forzadas al trabajo gratuito, incluidos niños.

Incluso muchos de los desplazados que se quedan sin hogar se encuentran a la intemperie en una estación del año que es conocida por los ciclones y las fuertes lluvias en toda la región. Algunos han sido encontrados con disentería y malaria, y muchos viven bajo árboles y expuestos a la lluvia y las enfermedades.

Según los datos facilitados por agencias humanitarias, unas 10.000 personas han huido de Karen en busca de refugio en Tailandia. En la frontera, el Ejército birmano ha plantado más de 2.000 minas antipersona, así como en la línea que va de norte a sur, para evitar que la población se desplace de la montaña a la planicie.

Asimismo, Human Rights Watch pidió a la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), para que hagan un llamamiento a Birmania a finalizar sus ataques sobre las minorías étnicas.

Birmania vive desde hace dos décadas bajo el mandato de una dictadura militar que tomó el poder en 1988. La principal líder de la oposición, Aung San Suu Kyi, quien venció en las elecciones de 1990 que fueron anuladas por los militares, ha permanecido durante más de 15 años bajo arresto domiciliario. Además, el intento de crear una asamblea constituyente para la elaboración de una Constitución ha fracasado también estrepitosamente, y la economía del país se encuentra en una situación muy delicada, debido al boicot que existe desde gran parte de los países occidentales en protesta por el arresto de Suu Kyi.