MADRID, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una pareja de turistas españoles interrumpió sus vacaciones en Birmania porque "no se podía salir a ningún lado y no se podía hacer nada", ya que los propios guías habían visto "pasar camiones con militares" cerca de su hotel, en las inmediaciones del aeropuerto de Rangún, y en los hoteles del centro se oían "los disparos y las manifestaciones".
Pedro y Julia decidieron regresar a casa dos días antes de terminar su visita porque la agencia les aconsejó no continuar con su visita a Rangún, la principal ciudad de Birmania. "Teníamos dos opciones, estar dentro del hotel o volver", precisó Julia.
Teniendo en cuenta la situación del país, Pedro se mostró contento a su llegada al aeropuerto de Barajas y describió sus sensaciones como "buenas por la experiencia, pero malas" porque han conocido a ciudadanos del país relacionados con el turismo, como guías y chóferes, que les han acompañado en su visita. "Realmente da mucha pena ver cómo se quedan", puntualizó Pedro.
Así, el viajero lamentó que los habitantes de Rangún "no van a tener trabajo en mucho tiempo". De hecho, ellos habían "adelantado dos días el vuelo", y su guía les había comentado que durante "los próximos meses no va a trabajar". "La economía es muy subdesarrollada, así que volverán al campo", subrayó.
Por su parte, Cesar García, miembro de la agencia organizadora del viaje turístico de la pareja, 'Tranta Viajes', describió la situación de Birmania como "tensa y conflictiva" y lamentó que, a pesar de ser un país "riquísimo" y que posiblemente será "la gran potencia de la zona" gracias a sus numerosos yacimientos de petróleo, "la población tiene racionada la gasolina". "Los militares tienen copado el comercio del país y la población está agotada", concluyó García.
