Bush defiende el "término medio" entre deportación masiva y amnistía para hacer frente a la inmigración ilegal

Actualizado: sábado, 20 mayo 2006 20:20


NUEVA YORK, 20 May. (EUROPA PRESS) -

El presidente estadounidense, George W. Bush, dedicó su tradicional discurso de radio semanal al problema de la inmigración, que en la última semana ha centrado la atención de los norteamericanos, explicando los objetivos de la "reforma integral" que pretende llevar a cabo y defendiendo que entre la deportación masiva y la amnistía de los inmigrantes ilegales hay un "término medio" que pasa por la legalización de aquellos que cumplan con los requisitos.

Según Bush, el primer objetivo de la reforma debe ser el de asegurar las fronteras de Estados Unidos. En este sentido, el presidente estadounidense explicó que desde su llegada al poder en 2001 se han aumentado los fondos para la seguridad fronteriza "en un 66%", se ha contratado a "miles de agentes adicionales para la Patrulla Fronteriza" y se ha "devuelto a sus casas a unos 6 millones de inmigrantes ilegales".

Tras admitir que "queda mucho por hacer", prometió que se contratará a "miles de agentes más para la Patrulla Fronteriza", y, añadió, "para ayudar a estos agentes a desempeñar su trabajo, usaremos tecnologías avanzadas tales como vallas de alta tecnología en áreas urbanas, cámaras infrarrojas y vehículos aéreos sin piloto".

Asimismo, dijo que se buscará el apoyo de las fuerzas de seguridad de los estados vecinos "y les daremos nuevos recursos y capacitación para que ayuden a asegurar nuestra frontera".

El presidente justificó el despliegue de 6.000 miembros de la Guardia Nacional que autorizó esta semana porque "llevará tiempo" el que todos los nuevos recursos y medidas se pongan en marcha. "El apoyo del personal de la Guardia permitirá que los agentes de la Patrulla Fronteriza utilicen sus habilidades para concentrarse en hacer segura la frontera", añadió.

En segundo lugar, dijo, se creará "un programa de trabajadores huéspedes temporales" que permita a los trabajadores extranjeros entrar de "manera legal y ordenada" en Estados Unidos "por un período de tiempo limitado". Según Bush, este programa permitirá "aliviar la presión en la frontera, satisfará las necesidades de nuestra economía, y permitirá que inmigrantes honestos sostengan a sus familias al mismo tiempo que respetan las leyes".

El tercer objetivo, explicó, es que los "empleadores se responsabilicen por los trabajadores que contratan, creando un mejor sistema para verificar documentos y elegibilidad para trabajar". Para ello, indicó, será necesaria la creación de "una nueva tarjeta de identificación, que no se pueda alterar, para cada trabajador extranjero legal". Esto permitiría, según Bush, "hacer más difícil" a los inmigrantes ilegales el que "encuentren trabajo" en Estados Unidos, desalentando así "a las personas a cruzar la frontera ilegalmente".

CONCESION DE LA CIUDADANIA

Llegado a este punto, Bush subrayó que el cuarto objetivo debe ser el de "resolver la situación de millones de inmigrantes ilegales que ya están aquí". En este punto, el presidente estadounidense se declaró contrario a la amnistía y a que se les dé "un camino automático hacia la ciudadanía", ya que, agregó, "sería injusta para aquellos que están aquí legalmente e invitaría a más olas de inmigración ilegal".

Pero tampoco se mostró de acuerdo con los que piensan que "cualquier propuesta que no sea la deportación masiva sería amnistía". "Hay un término medio racional entre la ciudadanía automática para cada inmigrante ilegal y un programa de deportación masiva", aseveró. Este termino medio sería la concesión de la ciudadanía a aquellos inmigrantes ilegales que "tienen raíces" en Estados Unidos y quieren quedarse.

A cambio, estas personas deberán "pagar sus impuestos, aprender inglés, y trabajar en un empleo durante varios años", explicó, precisando que los que cumplan estas condiciones podrán solicitar la ciudadanía "pero la aprobación no sería automática", previno, ya que dijo, irán por detrás de "aquellos que siguieron las reglas y respetaron las leyes".

Por último, pidió a los ciudadanos que "honren la gran tradición de que Estados Unidos es un crisol, ayudando a los recién llegados a asimilarse en nuestra sociedad" y pidiéndoles que se esfuercen para que todo nuevo ciudadano "acoja nuestra cultura común" que pasa por "nuestros ideales compartidos, una apreciación de nuestra historia, respeto por nuestra bandera, y la capacidad de hablar y leer inglés".

Por otra parte, defendió que la legislación sobre la reforma migratoria que está debatiendo las dos Cámaras estadounidenses sea "integral" y que "todos los elementos de este problema deben enfocarse al mismo tiempo", advirtiendo de que de lo contrario "ninguno será resuelto del todo".

"La Cámara de Representantes comenzó el debate al aprobar un proyecto de ley migratoria. Ahora el Senado debe actuar hasta finales de este mes para que podamos resolver las diferencias entre los dos proyectos de ley, y el Congreso (Parlamento estadounidense) pueda aprobar un proyecto de ley que yo pueda sancionar", animó, animando a hacer frente a "este debate con confianza".