Bush visita Irak en un último impulso para garantizar el respaldo al envío de tropas de febrero

Actualizado: lunes, 3 septiembre 2007 22:40


BAGDAD, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llegó hoy en visita sorpresa a Irak para intentar dar un último impulso a la iniciativa de seguridad que será evaluada próximamente en el Congreso estadounidense. También hoy las tropas británicas completaron el repliegue de los militares que mantenían en el Palacio de Basora. El primer ministro británico, Gordon Brown, rechazó que esta medida suponga una "derrota".

Bush aprovechó su visita para anunciar que si siguen produciéndose avances en la seguridad, podrían comenzar a retirarse algunos efectivos. "El general Petraeus y el embajador Crocker me han dicho que si prosiguen los avances de los que ahora somos testigos, será posible mantener el mismo nivel de seguridad con menos fuerzas estadounidenses", explicó.

Aunque desde la Casa Blanca se apresuraron a afirmar que Bush no pretende "hacerse la foto" con este viaje sorpresa, la visita estuvo cargada de simbolismo. El presidente norteamericano voló directamente desde Washington hasta la base aérea estadounidense de Al Asad, en la provincia de Anbar, al oeste de Bagdad, con lo que obligó al primer ministro, Nuri al Maliki, chií, a viajar al corazón de una de las provincias suníes que ha sufrido más por los combates entre insurgentes y fuerzas de seguridad.

Y es que Bush no abandonará las instalaciones de Al Asad durante las seis horas que permanezca en Irak, en un gesto que se entiende como una advertencia a los chiíes, mayoritarios en el Gobierno, para que se entiendan con los suníes y superen la crisis política. Además, sirve para subrayar la esperanza de la Casa Blanca de que los avances puedan llegar desde el nivel local o provincial de la administración iraquí.

Bush, que tenía en su agenda un viaje a Australia, adelantó el mismo en absoluto secreto para llegar en la tarde de hoy a la base aérea estadounidense de Al Asad. Junto con Bush, también viajaron al país árabe sus más estrechos colaboradores, incluida la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, o el consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley.

Pocas horas antes de la sorpresiva llegada del presidente estadounidense, George W. Bush a Irak, aterrizó en el país el secretario de Defensa, Robert Gates, quien se reunió con el comandante de las fuerzas militares estadounidenses en Irak, el general David Petraeus, y con el embajador estadounidense en Bagdad, Ryan Crocker, quienes comparecerán aproximadamente el próximo 15 de septiembre ante el Congreso estadounidense para dar cuenta de los avances logrados a partir del envío de 30.000 militares adicionales en el marco de la nueva ofensiva de seguridad diseñada por el Pentágono.

Gates también se entrevistó con el primer ministro, Nuri al Maliki, y con el presidente del país, Jalal Talabani, así como con otros altos dirigentes de la administración iraquí. También viajaron desde Washington con Gates el general Peter Pace, Jefe del Estado Mayor Conjunto y el máximo responsable de las tropas estadounidenses desplegadas en Oriente Próximo, el almirante William Fallon.

El consejero nacional de seguridad, Stephen Hadley, explicó que esta visita comenzó a prepararse hace un mes y medio y se pensó que la provincia de Anbar, donde se ha reducido drásticamente la violencia, era el marco perfecto para escenificar la estrategia de la Casa Blanca a poco más de una semana de la comparecencia de Crocker y Petraeus en el Congreso.

Estados Unidos tiene ahora mismo 162.000 efectivos desplegados en Irak que intentan aplicar la estrategia de seguridad planeada por Bush para permitir a los políticos iraquíes formar un Gobierno de unidad que pueda sacar al país de la crisis.

REPLIEGUE BRITÁNICO

También hoy ha sido noticia el repliegue de las tropas británicas que ocupaban el Palacio de Basora desde la invasión de marzo de 2003, con lo que ya ondea en lo alto de este edificio la bandera iraquí. Basora, la segunda ciudad más poblada de Irak, pasa ya a estar plenamente bajo control de las fuerzas de seguridad iraquíes, aunque las tropas británicas seguirán apoyando las operaciones contra la insurgencia desde la última base que conservarán en la zona, un aeródromo en el que hay más de 5.000 efectivos destinados.

"Las tropas británicas se han retirado de los palacios presidenciales", confirmó el teniente general iraquí Mohan al Fireji, comandante de las fuerzas iraquíes en la zona. "Les decimos (a las milicias) que combatían a las tropas británicas que ahora son las fuerzas iraquíes las que están en los palacios", advirtió.

También el Ejército británico confirmó que la retirada se ha realizado con éxito. En un comunicado, el Ministerio de Defensa explicó que la operación comenzó a las 22.00 horas (0.00 hora peninsular española) "con todas las tropas británicas ya en el aeropuerto sobre el mediodía" del lunes. Al Fireji explicó que el último soldado británico abandonó el palacio a las 4.30 de la madrugada (2.30 hora peninsular española).

Al conocerse la partida de los militares británicos, decenas de personas salieron a las calles de Basora para celebrar la retirada. "Rechazamos a los extraños y a los colonizadores", afirmó un vecino de Basora, Rudha Muter, en declaraciones a AP. "Estamos contentos de que el Ejército iraquí tenga ahora el control de la situación. Nosotros, como pueblo iraquí, rechazamos la ocupación. Rechazamos el colonialismo. Queremos nuestra libertad", añadió.

BROWN RECHAZA LA "DERROTA"

Desde Londres, el primer ministro Gordon Brown rechazó que la reubicación de las tropas signifique una "derrota" e indicó que este traslado fue planeado y organizado.

"Permítanme que deje esto muy claro. Se trata de un traslado desde el Palacio de Basora hasta el Aeropuerto de Basora que ha sido planeado con antelación, un movimiento organizado", afirmó Brown en declaraciones a BBC Radio 4.

Por su parte, el ministro de Defensa iraquí, Abdul Qadir al Obaidi, aseguró hoy que confía en que su Ejército podrá mantener la seguridad en Basora después de la retirada británica.

"Estamos trabajando de manera muy seria para colmar el vacío de seguridad y esperamos que los próximos días transcurran de una buena manera", declaró Al Obaidi en Beirut, durante una escala en su viaje de camino a Europa.

"Estoy seguro de que la situación de seguridad será mucho mejor", agregó, sin precisar si cree que la situación mejorará sin las tropas británicas. No obstante, el ministro afirmó que las fuerzas británicas actuarán "como un apoyo" para las iraquíes cuando se les pida.

SIGUE LA VIOLENCIA

Mientras, fuerzas del Ejército estadounidense mataron a 32 miembros de la organización Al Qaeda en Irak y detuvieron a otros 55, durante una serie de incursiones en Al Karma, al norte de Faluya, según informaron fuentes de la Policía iraquí, citadas por la agencia de noticias independiente Voices of Irak.

"Los soldados estadounidenses llevaron a cabo incesantes ataques por tierra y aire durante los últimos tres días en zonas donde están atrincherados miembros de Al Qaeda, en Al Karma y Zhiraa Dijla, unos 15 o 20 kilómetros al norte de Faluya", explicaron las fuentes.

Según indicaron, "la mayoría de las muertes tuvieron lugar en bombardeos aéreos, mientras que las detenciones (fueron realizadas) por patrullas sobre el terreno". Faluya, una de las mayores ciudades del país, se encuentra en la provincia suní de Al Anbar, al oeste de la capital.

Además, un soldado estadounidense pereció ayer y tres más resultaron heridos por la explosión de una bomba colocada estratégicamente al borde de la carretera que estalló al paso de su convoy, cerca de Bagdad, según informó hoy el comando estadounidense. El ataque se produjo mientras los soldados norteamericanos llevaban a cabo una patrulla logística de combate, precisó.