Cannes.-Kusturica presenta 'Promise me this' y la japonesa Naomi Kawase ofrece un oasis de paz en 'El bosque de Mogari'

Actualizado: sábado, 26 mayo 2007 20:58

CANNES, 26 MAYO (EUROPA PRESS/Jorge Collar)

Un brusco cambio meteorológico, después de varios días de calor tórrido, sume el Festival en un periodo depresivo. La competición ha quemado hoy sus últimos cartuchos con obras dispares que van de la farsa caricaturesca de Emir Kusturica a las sutilezas funerarias de la japonesa Naomi Kawase. Ninguna de estas dos películas parecen susceptibles de modificar las decisiones del Jurado.

Entre tanto, Martin Scorsese aprovecha el Festival para lanzar la 'World Cinema Foundation' que amplía los objetivos de la institución por el creada - la Film Foundation - cuyo objetivo es la preservación del patrimonio cinematográfico, esta vez mundial, dirigido sobre todo a aquellas cinematografías que no cuentan con medios extraordinarios.

Hace unos anos Cannes presentó la versión restaurada de "Lawrence de Arabia" de David Lean, que hoy puede verse sin dificultad en vídeo. Esta presentación fue la ocasión de descubrir los esfuerzos que habían sido necesarios para obtener la restauración de una obra considerada a justo título, como una de las obras mayores del cine de David Lean. Las malas costumbres de la producción habían conducido casi a la pérdida de esta obra capital del cine.

"PROMISE ME THIS" DE EMIR KUSTURICA

Emir Kusturica pertenece a ese raro círculo de directores que han sido galardonados dos veces con la Palma de Oro. En 1985 creaba la sorpresa con "Papá esta en viaje de negocios", una película que contenía una condena del régimen dictatorial que reinaba entonces en Yugoslavia. Diez anos más tarde, la segunda Palma de Oro venía a recompensar "Underground", obra monumental sobre el desmembramiento de los Balcanes y las atrocidades que le acompañaban, una película que sigue siendo la obra capital del realizador serbio.

Con "Promise me This", Kusturica vuelve a un género que ya ha cultivado otras veces. La fábula simbólica, con ribetes folklóricos, en la que hace pasar algunas reflexiones sobre su país, pero que se presenta sobre todo como una farsa caricaturesca que acumula situaciones que a veces parecen inspirarse de los cómicos del cine mudo americano.

Se trata esta vez del encargo que recibe un joven adolescente que habita un pueblo en vías de desaparición, de ir a la ciudad más próxima, para vender una vaca, comprar un icono de San Nicolás y encontrar una esposa que asegure la continuidad del pueblo. Naturalmente en su descubrimiento de la ciudad, las alusiones a la actualidad abundan. Promotores inmobiliarios que son verdaderos gangsters, se enfrentan con otro tipo de bandidos locales, en el marco de una sociedad que se moderniza a duras penas.

Kusturica introduce una multitud de símbolos en su relato, donde el joven adolescente representa la inocencia triunfante en un mundo cada vez más corrompido. Como en otras ocasiones, el director serbio se deja tentar por el mal gusto. Éste es quizá el principal reproche que puede hacerse a una obra que por otra parte se pretende optimista.

"EL BOSQUE DE MOGARI" DE NAOMI KAWASE

Frente al desbordamiento imaginativo de la película de Kusturica, la obra de la directora japonesa Naomi Kawase ofrece un oasis de paz y de contemplación. Kawasi que ha realizado numerosos documentales, -en este momento monta uno sobre el nacimiento de su hijo- es una habituada de los festivales, pues sus obras han pasado por los de Locarno, Rótterdam y naturalmente Cannes, donde en 1997 ganaba, por su primera película, "Suzaku", la Cámara de Oro. En 2003 Naomi Kawase volvía a Cannes con su tercer filme "Sarah".

"El bosque de Mogari" cuenta en imágenes soberbias de la naturaleza una historia simple pero que requiere un cierto conocimiento de las costumbres sobre el duelo entre los budistas japoneses. La acción transcurre en un asilo de ancianos situado en plena naturaleza. Uno de sus ocupantes es Shigeki (Shigeki Uda), un anciano que ha perdido una parte de sus facultades mentales. El otro personaje es una joven, Machiko (Machkto Ono), que se ocupa de los asilados como enfermera.

Un lazo misterioso une a los dos personajes: la pérdida de un ser querido. Para Shigeki, es su esposa muerta hace 33 anos; para Machiko, la pérdida más reciente de su hijo. Quizá esta circunstancia hace que el día que Shigeki se escapa de la casa para adentrarse en el bosque, Machiko sienta la necesidad de seguirle. En realidad Shigeki parte en busca de la tumba de su mujer; la fecha es importante porque según la creencia de los budistas japoneses los 33 años marcan la fecha en que los muertos parten definitivamente del mundo de los vivos.

Shigeki quiere así agradecer a su esposa toda la atención que le ha prodigado durante los largos años de matrimonio. Por su parte, Machiko encontrará la fuerza para superar el drama de la pérdida de su hijo. Todo esto puede parecer demasiado sutil, sobre todo cuando sólo al final se nos dice que "mogari" significa el periodo consagrado al duelo de un difunto a partir del cual la vida debe continuar para los vivientes.