AMÁN, 1 Ene. (Reuters/EP) -
La Casa Real jordana ha advertido de que emprenderán medidas legales contra cualquiera que propague lo que ha calificado de mentiras sobre la familia real días después de que el rey Abdalá relevara a sus hermanos de altos cargos en el Ejército.
El monarca anunció el martes pasado que sus hermanos, el príncipe Alí y el príncipe Faisal, así como su primo el príncipe Talal, todos ellos en altos cargos en las filas militares, se retirarían de las Fuerzas Armadas. Según dijo, la medida se enmarcaba en una reorganización de la jerarquía y estructura militar.
El príncipe Faisal era el comandante de la Fuerza Aérea y número dos del Estado Mayor, mientras que el príncipe Alí estuvo durante años a cargo de la guarda real responsable de la protección del rey. Talal Bin Mohamad, graduado en Sandhurst y oficial en las fuerzas especiales de elite, también fue enviado al retiro, si bien a todos ellos se les ofrecieron promociones honorarias.
En un comunicado publicado este domingo, la Casa Real ha advertido de que emprenderá medidas legales contra aquellos que han propagado "mentiras y denuncias falsas" en las redes sociales y en webs con el objetivo de sembrar la división entre la familia real y los jordanos.
"Estas informaciones inventadas que han circulado recientemente buscan minar a Jordania y sus instituciones", ha denunciado el comunicado real.
Una fuente del Ejército jordano ha señalado que el paso dado por el rey vino motivado por un deseo de dar ejemplo de que la familia real hachemí no está por encima de la ley de cara a la anticipada decisión de retirar a decenas de veteranos generales.
El rey, quien es comandante de las fuerzas especiales de elite, dijo que el plan de reestructuración busca reorganizar el Ejército, de 120.000 hombres, reduciendo los costes y creando una fuerza más efectiva y mejor equipada de cara a la lucha moderna contra los grupos terroristas.
El reino, fronterizo con Irak al este y Siria al norte, ha escapado relativamente ileso a la inestabilidad que le rodea. Los jordanos ven a la familia real como una fuerza unificadora que mantiene unido al país donde muchos de sus ciudadanos son palestinos cuyas familias se instalaron tras las sucesivas guerras árabe-israelíes, lo que sitúa al país en el corazón del conflicto.
