China.- Las ONG de DDHH piden a China que dé libertad informativa a sus periodistas, no sólo a los extranjeros

Actualizado: miércoles, 22 octubre 2008 12:19

PEKÍN, 22 Oct. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -

La nueva regulación que rige el trabajo de los periodistas extranjeros en China desde la semana pasada, en sustitución de la normativa temporal operativa con motivo de los Juegos Olímpicos, ha recibido una acogida prudente de las organizaciones no gubernamentales (ONG) de Derechos Humanos, que piden que no sólo los corresponsales extranjeros se vean beneficiados por la relativa manga ancha del Gobierno, sino también los periodistas nacionales.

Según apunta la responsable para Asia de la organización Human Rights Watch, Sophie Richardson, la decisión de Pekín de convertir en permanente el derecho de los corresponsales a moverse libremente por territorio chino, sin necesidad de permisos oficiales, "marca un importante paso adelante en la batalla por el derecho de expresión en China".

Pero, añade Richardson, "la lucha continúa hasta que todos los periodistas, y en particular los chinos, tengan plena libertad para desarrollar sus derechos según la ley china y la internacional".

Pese a que la ley china garantiza, en teoría, la libertad de información, 26 periodistas nacionales, según cálculos de Human Rights Watch, se encuentran en prisión por realizar su trabajo, a menudo bajo la acusación de "revelar secretos de Estado".

Anteriormente, la organización Reporteros Sin Fronteras también había dado una relativa bienvenida a las nuevas normas para los periodistas extranjeros. "El fin del plazo (de la regulación temporal, que estuvo vigente de enero de 2007 hasta el pasado día 17) debería haber sido la ocasión para que el Gobierno permitiera incluso mayor libertad de movimiento y para realizar entrevistas", apuntó la ONG.

La asociación que engloba a los periodistas extranjeros en el país, The Foreign Correspondents' Club of China, pidió a Pekín, por su parte, que tome medidas para que las normas sean respetadas realmente por la policía y los poderes locales y no queden en papel mojado.

La organización también alertó sobre el riesgo de que las fuentes informativas, a las que ahora se puede acceder, en teoría, libremente, reciban mayor presión para no hablar.