PEKÍN, 3 Dic. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -
La Policía china expulsó de Pekín el pasado lunes, coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Sida, a una activista por los derechos de los enfermos que había llegado a la capital procedente de Henan, la provincia donde se produjeron los contagios masivos de enfermos por transfusiones de sangre en los años noventa.
Según denunció la propia Li Xige, que contrajo sida por una transfusión de sangre contaminada, la Policía la escoltó a la fuerza hasta su hogar en Ningling, en la provincia de Henan (centro de China), y fue advertida de que terminaría en la cárcel si continuaba hablando públicamente.
Li se encuentra en estos momentos bajo arresto domiciliario, con cinco policías locales en la puerta de su casa que le impiden abandonarla, según informa Radio Free Asia
No se trata de la primera vez que es retenida en su casa. De hecho, Li, que transmitió su enfermedad a sus dos hijas (una de ellas ya fallecida), permaneció bajo arresto domiciliario dos años por dirigirse a Pekín y exigir una compensación tras el contagio.
A su paso por Pekín ayer, Li demandó a las autoridades de Henan que dejen de impedir la presentación de denuncias ante los tribunales. "Creo que sería mejor si el Tribunal Popular de Henan y el Gobierno provincial dejaran de interferir en el funcionamiento de la justicia. Debería permitir que los tribunales acepten los casos que merece ser aceptados a trámite, y pagar compensaciones a aquellos que los merecen. Ése es el trabajo que me gustaría ver que hacen durante el próximo año", declaró Li, que denunció cómo autoridades central y locales evaden sus responsabilidades. "Nos mandan de un lado para otro como a una pelota de fútbol", afirmó.
El regreso forzado de Li a Henan no es el único conflicto que se registra en esta provincia en los últimos días en relación con el sida. La semana pasada un equipo de la televisión belga VRT fue atacado mientras intentaba informar sobre las "aldeas del sida" de Henan (localidades donde se aislaron a los infectados por las transfusiones de sangre). El equipo fue apaleado y atracado por funcionarios locales.
