La CIA respalda la versión de Musharraf sobre el asesinato de Bhutto y culpa a Al Qaeda

Actualizado: viernes, 18 enero 2008 22:23


ISLAMABAD, 18 Ene. (OTR/PRESS) -

El presidente paquistaní, Pervez Musharraf, recibió hoy el respaldo a su teoría en torno al asesinato en un atentado de la ex primera ministra Benazir Bhutto. Y es que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense atribuye a miembros de Al Qaeda y aliados del líder tribal paquistaní Baitulá Mehsud, tal y como confirmó el director del organismo, Michael V. Hayden. Así, el islamismo radical se encontraría también detrás de la ola de violencia que asola el país, y que ha llevado a las Fuerzas de Seguridad a matar a unos 90 milicianos en dos enfrentamientos armados en la región de Waziristán del Sur.

La oposición paquistaní baraja, desde que Bhutto muriese en el atentado de Rawalpindi el 27 de diciembre, la posibilidad de que la mano de las autoridades se escondiese tras la masacre. Musharraf lo negó desde un primer momento y hoy el director de la CIA parece haberle dado la razón, ya que la ex primera ministra fue al parecer asesinada por combatientas aliados a Mehsu, líder tribal en el noroeste de Pakistán, con el apoyo de Al Qaeda. Hayden, en una entrevista al diario 'The Washington Post' recogida por Otr/press, advirtió de la gravedad de esta doble autoría, dado que la aparición de nexos entre la red Al Qaeda y varios grupos extremistas y separatistas para intentar "perjudicar al Estado paquistaní en su estado actual".

De hecho, Islamabad difundió días después de la muerte de Bhutto una conversación telefónica de Mehsud en la que elogiaba a los autores del atentado. "No tenemos ninguna razón para cuestionar" esta autoría, aseguró Hayden, quien considera el atentado, que causó también víctimas entre la población civil que asistía pacíficamente a un mitin, como "parte de una campaña organizada" contra dirigentes del país. Estas amenazas, además, adquieren más importancia si cabe por la cercanía de las elecciones, inicialmente previstas para el 8 de enero pero aplazadas por el fallecimiento de la ex primera ministra hasta el 18 de febrero.

Asimismo, la CIA no sólo valora los peligros como un riesgo para Pakistán, que parece apostar por la democratización, sino también para Occidente. "Siempre hemos considerado esto un peligro en último término para Estados Unidos", señaló Hayden, "pero ahora parece que hay una base seria de peligro para el bienestar actual de Pakistán", tradicional aliado de Washington. En este sentido, Hayden relató en la entrevista que Estados Unidos "no ha tenido un socio mejor en la lucha contra el terrorismo", algo que habría quedado reforzado, a su juicio, en las últimas semanas.

ENFRENTAMIENTOS

Paralelamente a las investigaciones para esclarecer sucesos del pasado, Pakistán se enfrenta al reto futuro aún mayor de estabilizar el país, especialmente dañado en las regiones más cercanas a la frontera con Afganistán. En una de ellas, Waziristán del Sur, las Fuerzas de Seguridad mataron hoy a unos 90 milicianos en dos enfrentamientos armados, tal y como informó el Ejército.

En uno de los combates, las tropas atacaron a un elevado número de insurgentes que se habían reunido para arremeter contra un campamento militar de la zona. Como consecuencia de este choque, un portavoz del Ejército, notificó alrededor de 60 bajas en el bando insurgente y ninguna entre las fuerzas gubernamentales. Por otra parte, en el segundo incidente, los milicianos tendieron una emboscada a un convoy del Ejército, originando un enfrentamiento que se saldó con cuatro militares heridos y 30 rebeldes muertos. "Un convoy cruzaba Chagmalai y estos sinvergüenzas empezaron a disparar contra el convoy. Las fuerzas de seguridad reaccionaron, hubo un tiroteo durante una o dos horas y las fuerzas de seguridad limpiaron la zona", explicó el portavoz militar.

Para tratar de buscar el apoyo internacional en el desarrollo de un inestable Pakistán, Musharraf iniciará este fin de semana una gira en la que se reunirá con líderes de la UE, Bélgica, Francia y Reino Unido. Además, asistirá al Foro Económico Mundial en Suiza. Durante este periplo, tratará de recuperar la imagen y popularidad dañada durante estos meses y convencer a los líderes europeos de que la mejor opción para Pakistán es su propio mantenimiento en el poder.