El ciclón 'Idai' y la realidad del cambio climático

El ciclón 'Idai' y la realidad del cambio climático
SERGIO ZIMBA / OXFAM
 
Actualizado: sábado, 30 marzo 2019 9:06

LILONGÜE, 30 Mar. (Por Daud Kayisi, coordinador de comunicación y prensa de Oxfam) -

El devastador ciclón 'Idai' que golpeó el sureste de África podría ser el peor desastre en el hemisferio sur, según la ONU. Tormentas cada vez peores y el cambio climático están destruyendo las vidas de la gente y los más pobres son los más golpeados. ¿Cómo podemos equiparles para hacer frente a un mundo en el cambio climático significa que eventos meteorológicos extremos como 'Idai' ocurrirán con mayor frecuencia?

Son las 2 de la mañana y estás dormido. De repente escuchas a personas gritando y tus vecinos que te llaman para que te despiertes y salgas de tu casa inmediatamente. Coges a tu bebé de cuatro meses, lo envuelves estrechamente a ti, luego coges a tus dos hijas sin preocuparte de si están despiertas o no.

Truenos inimaginables y el rugido del agua bombardean tus oídos. En el momento en que sales de casa, apenas puedes ver por las espesas nubes y la intensa lluvia. Escuchan una voz que no vez que te grita: "Corre, se está inundando".

     OXFAM

Todo el mundo está en estado de pánico sin sentido ni dirección y no sabes hacia dónde corre. No puedes volver a casa, así que la única opción que tienes es escalar al árbol más próximo.

Seguramente al leer este artículo pienses que eso nunca podría pasarte a ti. Pero eso es exactamente lo que le ocurrió a Malita Mishoni, de 36 años, de la localidad de Ntowa, en Mozambique.

"PENSÉ QUE EL MUNDO SE ACABABA"

"Por su segundo, pensé que el mundo se acababa, pero miré a mis tres hijos y me dije, tengo que hacer algo. Escalé al árbol cerca de mi casa y me agarré mientras sostenía a mis tres hijos hasta el amanecer", explica con lágrimas en sus ojos. "Vi las aguas subir y acercarse a donde estábamos y pensé que moriríamos", añade.

Tras cinco años trabajando en terreno con Oxfam, esta es la historia que finalmente me ha dejado al borde del llanto. Pero saqué fuerzas porque quería darle a Malita apoyo para que terminara de contar su historia.

     OXFAM

Le pregunté qué habían comido ella y sus hijos mientras estuvieron en el árbol. "No comimos nada y nunca sentimos hambre", afirma. "Estuve en el árbol con mis dos hijas y el bebé durante dos días hasta que el agua comenzó a remitir y gente con canoas llegaron para regatear por nuestro rescate", explica.

Los hombres llegados en una canoa le pidieron que pagara 4.000 meticales (algo más de 56 euros) para llevarla al lado de Malaui, que era más seguro, pero no tenía dinero. Les rogó y les prometió que trabajaría en su jardín una vez llegara a Malaui.

Finalmente los hombres la llevaron y así es como llegó junto a sus hijos al campo de Bangula, en el distrito de Nsanje, en el extremo sur de Malaui. El campamento alberga a unos 5.000 niños, mujeres y hombres desplazados tanto de Malaui como de Mozambique que huyeron de sus casas con la llegada del ciclón.

"LO PERDIMOS TODO"

Malita asegura que una vez que las aguas baje, le gustaría regresar y comenzar una nueva vida. Ella es una de las 1.000 familias en el campo que están recibiendo kits de higiene por parte de Oxfam. "Realmente necesitamos jabón. Perdimos todo en la inundación, pero hoy supone un nuevo comienzo para nosotros, gracias al apoyo de Oxfam. Tengo un bebé y otras dos hijas y estos cubos y este jabón harán un poco más fácil que pueda cuidar de mis hijos", asegura.

"La gente se ha quedado sin nada. Necesitan ayuda ahora y en los meses y años que viene para reconstruir sus comunidades de forma que se les equipe para un mundo en el que el cambio climático hará que sean más frecuentes eventos meteorológicos extremos como el ciclón 'Idai'", subraya el director de Oxfan en Malaui, John Makina.

"'Idai' es otro recordatorio mortal del impacto de desenfrenado cambio climático a menos que los gobiernos, en particular los grandes emisores, reduzcan rápido las emisiones", advierte.

Seguramente los 5.000 niños, mujeres, hombres y ancianos con los que me encontré en el campamento no deben verse sometidos a esto de nuevo. Si no han tenido ningún papel en la degradación de nuestro medioambiente, ¿por qué deberían seguir pagando el precio más caro?