El Consejo de Europa se ofrece para investigar la violencia ejercida contra la minoría rusófona de Ucrania

Actualizado: viernes, 7 marzo 2014 15:19

VIENA, 7 Mar. (Reuters/EP) -

El Consejo de Europa se ha ofrecido este viernes para investigar la supuesta violencia cometida contra la minoría rusófona de Ucrania, argumento que ha usado Rusia para explicar su intervención en la región autónoma de Crimea, y de este modo intentar calmar las tensiones entre los dos países.

El ministro de Asuntos Exteriores de Austria y actual presidente del Comité de Ministros del Consejo, Sebastian Kurz, ha anunciado su visita, acompañado del secretario general del Consejo, a Kiev el próximo lunes para ofrecer sus servicios en el conflicto.

"Sabemos que los rusos en Crimea no son más que una minoría. Sin embargo, para la convivencia pacífice en Crimea es decisivo cómo se trata la gente entre sí en Ucrania, cómo se respetan los Derechos Humanos y cómo se apoya y protege las minorías", ha afirmado Kurz.

El austríaco ha asegurado que, tras la oferta de mediación del Consejo, la parte rusa no ha emitido ninguna "voz en contra". Tanto Rusia como Ucrania son miembros del Consejo que, según Kurz, tiene gran "credibilidad y experiencia" en el apoyo a los derechos de las minorías.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha reiterado este viernes que Rusia no puede ignorar la petición de ayuda de los rusófonos que viven en Ucrania y ha rechazado la advertencia de su homólogo estadounidense, Barack Obama, sobre la intervención de Moscú en territorio ucraniano.

MEDIACIÓN DE LA OSCE

Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) también han intentado mediar en Ucrania. No obstante, decenas de ellos fueron detenidos por "hombres uniformados" este jueves cuando se dirigían hacia la península de Crimea.

La Alta Comisionada de Minorías Nacionales de la OSCE, Astrid Thors, expresó este jueves su alarma sobre la situación de la península ucraniana, donde considera que existe un "verdadero riesgo de masacre".

No obstante, durante su visita a Kiev y Crimea, "no encontró ninguna prueba de que se estuvieran violando o amenazando los derechos de los rusófonos", según el comunicado que publicó su departamento tras la visita.