Crónica Chad.- El ICG denuncia un deterioro de la situación política tras la victoria de Deby en las elecciones de mayo

Actualizado: domingo, 4 junio 2006 15:38

La sociedad internacional alerta de la preocupante vinculación entre este conflicto y el de la vecina región de Darfur

MADRID, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -

A pesar de la contundente victoria del presidente Idriss Deby en las elecciones chadianas del pasado mes de mayo, este triunfo "no ha logrado resolver la crisis que vive el frente militar y ha subrayado la fragilidad política del régimen", según ha denunciado la organización International Crisis Group (ICG) en su último informe.

Tras obtener la independencia de la metrópoli francesa en 1960, hoy, la República de Chad se encuentra una vez más a las puertas de un conflicto pues según ICG, "la crisis está lejos de ser resuelta y continuará agudizándose", alertó el grupo.

Por su parte, Deby --que ha tenido que hacer frente a una oleada de motines, ataques rebeldes y deserciones de altos cargos desde el pasado mes de diciembre-- tendrá asimismo que lidiar con el devastador conflicto de la vecina región sudanesa de Darfur y la República Centroafricana.

Tan solo unas semanas antes de las elecciones presidenciales del 3 de mayo, la crisis política se agudizó al producirse la deserción de numerosos altos cargos del Ejército y de la élite política así como intentos de asesinato contra Deby instigados por grupos opositores con el objetivo de evitar a toda costa que se hiciese con un tercer mandato. Sin embargo, y según confirmó esta semana el Consejo Constitucional, finalmente Deby obtuvo un 64,67% de los votos.

A pesar de que grupos de la oposición protestaron por el resultado, tanto Francia como la comunidad internacional los han declarado válidos con el objetivo de evitar una mayor desestabilización, aunque aseguraron que a partir de ahora el presidente deberá llevar a cabo un proceso de democratización del régimen.

El apresurado deterioro de la situación internacional se debe en la actualidad al empeoramiento de la crisis de Darfur y al uso deliberado por parte de Jartum de señores de la guerra chadianos en sus estrategias insurgentes, mientras que el Gobierno de Deby ha presentado varias protestas.

Son por tanto las consecuencias de un régimen político semiautoritario y la ausencia de espacio doméstico político las que han dado lugar a la militarización de todas las facciones políticas del país. Para el ICG, las cada vez más profundas relaciones entre Darfur y Chad subrayan la convergencia de las dos crisis y hacen dificil poder abordar una de manera independiente a la otra.

DIECISEIS AÑOS DE GOBIERNO

Un aúrea de esperanza acompañó a la subida de Deby al poder en 1990. La política regional de Libia continuaba normalizándose y el fin de la Guerra Fría animaba a la transición hacia sistemas políticos multipartidistas. Sin embargo, la cultura monopartidista y el intento por controlar todos los espacios políticos prevalecieron en la conferencia nacional de 1993. Aunque existen partidos políticos, los progresos de la democracia han sido escasos. "Las elecciones de 1996 y 1997 fueron tildadas de fraude, mientras que las de 2001 y 2002 fueron absurdas", asegura ICG.

Los 16 años de Gobierno de Deby han estado caracterizados por intentos de golpes de Estados y rebeliones que han sido sofocadas con extrema violencia o expulsando disidentes hacia Sudán y República Centroafricana. Durante las últimas décadas, Chad ha conocido temporadas de paz relativa, aunque nunca la reconciliación.

Según ICG, la actual crisis presenta un triple contexto. En primer lugar la malversación de ingresos estatales ha desatado una crisis social sin precedentes en un momento en el que los ingresos por petróleo comenzaban a permitir a los chadianos un mejor nivel de vida. En segundo lugar, la radicalización de los grupos opositores con respecto a la sucesión de Deby y por último, la guerra de Darfur, que, según ICG, debería ser abordada a nivel transnacional debido a la implicación de Zaghawa presidente del grupo étnico que dio a los rebeldes de Darfur las armas necesarias para mantener su batalla.

Los grupos armados de la oposición han ayudado al Gobierno sudanés en Darfur, mientras que los rebeldes sudaneses colaboraron con el Ejército de Chad a frenar la ofensiva rebelde perpetrada el pasado mes de abril.

Por otro lado, los grupos opositores armados continúan enfrentándose por el liderazgo, no por los objetivos. Aunque más de 20 grupos reclaman estar activos desde un punto de vista militar, los tres más significativos son El FUCD --que recibe fuerte apoyo sudanés--, el grupo de disidentes Zaghawa bajo la Reunión de Fuerzas Democrácticas (RAFD) presidida por el ex director del gabinete de Deby, Timan Erdimi, y el Movimiento para la Democracia y la Justicia en Chad (MDJT) establecido en 1998 y que opera en el norte y a lo largo de la frontera con Libia bajo el comando de Mahmat Choua Dazi.

Esta oposición armada, sin embargo, representa solo las aspiraciones de grupos minoristas y marginales de la población. Un cambio de régimen a la fuerza en este contexto ni traería por tanto la estabilización ni la apertura democráctica, asegura el grupo.

Hay cerca de 70 partidos políticos, algunos de los cuales han sido creados por el régimen para dividir a la oposición. Los más significativos se unieron en 2002 para dar lugar a la Coordinación de Partidos Políticos para la Defensa de la Democracia (CPPDD). La sociedad civil se ha transformado en un conglomerado organizado debido a la movilización nacional e internacional en torno al petróleo y los Derechos Humanos.

Una de las principales aspiraciones entre los chadianos hace referencia a la seguridad, en particular al fin de la fuerte presencia policial y el acoso sexcual por parte de la Armada así como la lucha por la apertura de un diálogo nacional que permita la evolución política, el desarme de la oposición y unas elecciones transparentes.