Crónica EEUU.- El FEMA desperdicia 40 millones de dólares en comida para potenciales víctimas de los desastres

Actualizado: domingo, 15 abril 2007 15:17

La agencia para el control de emergencias sigue estando en el punto de mira tras el desastre del Katrina

MADRID, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -

Cerca de seis millones de comidas preparadas para potenciales víctimas de la temporada de huracanes de 2006, por valor de 40 millones de dólares, se han desperdiciado por la ola de calor del pasado verano en la costa del Golfo, dada la falta de espacio refrigerado y para el almacenaje, según informaron fuentes de la Agencia Federal para el Control de Emergencias (FEMA) al diario estadounidense Washington Post, lo que vuelve a poner en tela de juicio la capacidad de organización, que lleva enfrentándose a duras críticas desde su operativo de respuesta al paso del huracán Katrina.

Cientos de contenedores de comida han sido desalojados en su totalidad o bien examinados para hallar paquetes de comida aislados que puedan encontrarse en buen estado y ser así ofrecidos a organizaciones de ayuda. Sin embargo, la mayoría de las comidas preparadas, que eran versiones comerciales de las habituales raciones militares Ready to Eat, quedaron arruinadas a pesar de haber sido preparadas para resistir el exigente clima del desierto y de la jungla.

Lo que ahora se está experimentando son las consecuencias de una compensación excesiva, por parte de la FEMA, tras las críticas sufridas por su lentitud de respuesta al paso del Katrina en 2005. El pasado año, los funcionarios de emergencia depositaron enormes cantidades de comida, agua y hielo en la red de almacenes de la agencia, sin tener en cuenta que el sistema de contenedores no soporta bien la sobrecarga de material. Según el subdirector de la FEMA, el vicealmirante del servicio de guardacostas Harvey Johnson, la agencia podría haber "sobrerreaccionado".

"Estábamos tan preocupados por el fracaso del Katrina que, probablemente, compramos más comodidades de las necesarias, hasta que al final terminamos con más cantidad de bienes de lo que hubiera sido prudente", reconoce Johnson. "Dada la presión bajo la que estábamos, no queríamos dejar al azar la posibilidad de que se nos acabara", afirmó.

Para este verano, la FEMA tiene prevista otra estrategia, consistente en transportar menos suministros con tanta antelación, y confiando en la capacidad de los almacenes militares. Además, la agencia pretende emplear la misma tecnología de posicionamiento por satélite que se encuentra hoy a disposición de grandes compañías de transporte, como FedEx.

LA FEMA, EN EL PUNTO DE MIRA

Desde el pasado 2005, la FEMA ha estado en el punto de mira de la opinión pública. El cese de su ahora ex director Michael Brown no logró acallar las críticas a la agencia, a la que inmediatamente después de la catástrofe de Nueva Orleáns se le acusó de haber desperdiciado 1.000 millones de dólares en concepto de "pagos inadecuados" a diversos afectados, así como de haber gastado 900 millones de dólares en 25.000 trailers que finalmente no pudieron ser empleados en las zonas inundadas, o gastar 1.800 millones de dólares en habitaciones de hotel y camarotes de barco, mucho más caros que los habituales apartamentos.

Estas últimas dificultades están despertando de nuevo el miedo a una lenta capacidad de respuesta de la FEMA a la hora de abastecer a los posibles afectados de la temporada de huracanes que empieza el 1 de junio.

Uno de los más preocupados es el presidente del Comité del Senado para la Seguridad Nacional, el senador independiente por Connecticut, Joe Lieberman. "Estoy enfadado por todo este desperdicio sin sentido de dinero. Pero espero que la reorganización de la FEMA, que propuso nuestro comité, termine con estas meteduras de pata", declaró. Entre los problemas perennes que se le achacan a la FEMA destacan las limitaciones de sus sistemas informáticos y la constante movilidad profesional. Ahora mismo, la agencia cuenta con 700 puestos sin cubrir mientras se apresura a cumplir con la reorganización que ha ordenado el Congreso.

Además, dos miembros de la FEMA se encuentran bajo investigación interna por redirigir fondos para compras no autorizadas, según informó un oficial de la agencia, bajo el anonimato.

Para el senador Harold Rogers, el principal representante republicano en el grupo de la Cámara de Representantes encargado de la financiación de la FEMA, la logística sigue siendo "el talón de Aquiles" de la agencia. "Me preocupa que justo en el momento en el que pongamos la casa de nuevo en orden, los problemas vuelvan a empezar, de ahí que ahora, sin un sistema logístico viable, la FEMA no solo está paralizada, sino que ha dejado a innumerables víctimas de potenciales desastres al descubierto", declaró Rogers.

Johnson, por su parte, afirmó que la FEMA "ha realizado cambios significativos en su cultura, control y organización logística, y parte de ello se debe a nuestra política para inspirar tanto visibilidad como responsabilidad", afirmó.

Esta política fue la que llevó el año pasado al director de la FEMA, R. David Paulison y al secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, a encargar comida suficiente para alimentar a un millón de personas durante una semana, en lo que ellos llamaron "uso de fuerza bruta". Sin embargo, la temporada de huracanes 2006 fue mucho menos destructiva de lo que se esperaba, por lo que los almacenes de la FEMA se quedaron sin espacio para albergar el exceso de las raciones, que terminaron por caducar antes de tiempo al permanecer todo el verano hacinadas en trailers, a temperaturas de más de 120 grados.

Según Johnson, las botellas de agua, hechas de plástico, estallaron, y gran parte de la comida terminó por pudrirse debido al calor. A pesar de todo , varios miles de toneladas seguían siendo comestibles, y fueron donadas a la organización America's Second Harvest, que proporciona comida a los bancos de alimentos.

Las raciones Ready to Eat tienen una fecha de caducidad de tres años a 80 grados de temperatura y están diseñadas para soportar el impacto de más de 100 kilos de carga, lo que suele suceder cuando son lanzadas desde un avión, según informaron oficiales del cuartel militar de Natick, Massachussetts, encargado de fabricar dichas raciones.