Berlusconi confía alcanzar la mayoría absoluta y promete solucionar la crisis de las basuras de Nápoles
ROMA, 27 Feb. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
El empresario y candidato a primer ministro de Italia para el centro-derecha, Silvio Berlusconi, sigue ganando en los sondeos, que le dan el 39,5% de los votos, aunque la diferencia con su principal contrincante y líder del centro-izquierda, Walter Veltroni, que obtendría un 34,5%, es cada vez menor, tal y como confirman los datos de la última encuesta dada a conocer hoy por la cadena de televisión Sky News.
Según este sondeo, el Pueblo de las Libertades (Pdl) de 'Il Cavaliere' habría perdido un 0,5% de seguidores en los últimos diez días, mientras que el Partido Democrático (PD) de Veltroni habría subido un 2%.
Teniendo en cuenta las posibles alianzas entre los partidos, junto a la Italia de los Valores (IdV) de Antonio Di Pietro, Veltroni alcanzaría el 36,5% de los votos. Por su parte, junto a la Liga Norte y el siciliano Movimiento para la Autonomía (Mpa), Berlusconi obtendría el 44%.
Los demás partidos del escenario político italiano --caracterizados por sus pequeñas dimensiones-- mantendrían sus porcentajes en intención de voto, mientras que la Unión de Demócratas Cristianos (Udc) habría perdido un punto tras anunciar su escisión de la coalición de centro-derecha que lidera Berlusconi.
De hecho, el enfrentamiento entre el líder de la Udc, PierFerdinando Casini e 'Il Cavaliere' ha ido enconándose en los últimos días, después de que los democratacristianos decidieran romper con la Casa de las Libertades, la coalición de partidos con la que hicieron de oposición al Gobierno de centro-izquierda de Romano Prodi.
BERLUSCONI QUIERE MAYORÍA ABSOLUTA
Berlusconi, que había pasado bastante inadvertido desde que inició la campaña, vaticinó hoy que la suya será "una gran coalición" que logrará obtener la "mayoría absoluta" en el Parlamento y con la que podrá sacar adelante su programa de Gobierno, justo "al contrario de lo que ha ocurrido con la izquierda", aseguró.
En un primer momento, Berlusconi cogió el desafío lanzado por el PD, que había decidido romper con sus antiguos aliados al anunciar que acudiría a las urnas en solitario. La fórmula de 'Il Cavaliere' consistió en la creación de un nuevo partido, el Partido de las Libertades, que ya había anunciado meses atrás y en el que finalmente confluyeron las antiguas Forza Italia (FI) y Alianza Nacional (AN).
Tras su fracaso en el intento de convencer al resto de partidos del ámbito del centro-derecha para que se enrolasen en su proyecto, Berlusconi está ahora ultimando negociaciones con algunas fuerzas políticas de su influencia para que se unan a su partido en coalición.
PRIMER COMPROMISO: NÁPOLES
En cuanto al primer problema que afrontará cuando llegue al Gobierno, Berlusconi no dudó en anunciar que será el de las basuras de Nápoles, aunque sin dejar de lado la reducción de los impuestos o medidas con las que aumentar la seguridad en las ciudades.
Berlusconi tambien abrió las puertas a realizar un debate televisivo con los demás candidatos a 'premier', al tiempo que lanzó duras críticas contra uno de los principales aliados de Veltroni, Antonio Di Pietro, a quien aseguró tener "horror".
VELTRONI NIEGA INJERENCIA DE LA IGLESIA
Al otro lado de la balanza, Veltroni consideró que "sólo una visión superficial puede reducir a injerencia o interferencia" las posiciones de la Iglesia y de los católicos sobre los grandes temas de la vida, la familia, la ciencia y sus límites.
El líder del PD hizo estas declaraciones ante los cerca de 130 parlamentarios católicos de su partido, que organizaron hoy un encuentro para mostrar su fuerza dentro de la principal formación de centro-izquierda y a pesar de la entrada de los Radicales, que recientemente han llegado a un acuerdo con Veltroni para ingresar en el partido.
De hecho, el primer mensaje de los católicos del PD está a la defensiva y da a entender que 130 parlamentarios cuentan más que los nueve que tendrán los Radicales dentro de esta formación.
Por otro lado, su objetivo es ilustrar el modo en que el PD puede dar voz al mundo católico para incidir en la política italiana, justo al contrario de lo que logran conseguir los pequeños partidos identitarios, cuya representación parlamentaria suele ser testimonial.
Desde el principio, Veltroni ha afrontado la discordia que ha generado la entrada de los radicales entre los sectores católicos de su partido desde el punto de vista del diálogo, asegurando que "la división entre laicos y católicos no es propia de un país moderno".
