Crónica Nepal.- El Rey Gyanendra anuncia la devolución del poder "al pueblo" tras dos semanas de movilizaciones

Actualizado: viernes, 21 abril 2006 20:39

El monarca pide a la oposición, que calificó la oferta de "insuficiente", el nombramiento de un primer ministro

KATMANDU, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -

Tras más de dos semanas de movilizaciones de la oposición contra el absolutismo, el Rey Gyanendra ha acabado por asumir su propio "trágala" particular y anunció hoy que el poder ejecutivo será "devuelto al pueblo a partir de hoy", por lo que pidió a los siete partidos opositores que lideraron la revuelta que nombren un nuevo primer ministro lo antes posible. La oposición ha calificado la oferta del Rey de "insuficiente".

"El poder ejecutivo del reino de Nepal, que estaba en nuestras seguras manos, será restituido al pueblo dede el día de hoy, en aplicación del artículo 35 de la Constitución", proclamó Gyanendra en un discurso a la nación transmitido por la televisión y la radio estatales, en el que aseguró que la Corona está "decididamente comprometida con la monarquía constitucional y la democracia multipartidista".

"Esperamos que la paz y el orden se restablezcan en el país mediantge la protección de la democracia multipartidista", añadió el monarca, que pidió a los siete principales partidos políticos que nombren, lo antes posible, a un primer ministro de consenso. Hasta entonces, precisó, la actual administración seguirá en funciones.

El 1 de febrero de 2005, Gyanendra dio un autogolpe de Estado que le permitió asumir el poder absoluto, tras destituir al Gobierno --la cuarta vez en tres años-- y disolver el Parlamento democráticamente elegido, tras lo cual designó un Ejecutivo directamente controlado por él.

Para justificar su decisión, el monarca acusó al Gobierno del primer ministro Sher Bahadur Deuba de ser incapaz de llegar a un acuerdo con los rebeldes maoístas para iniciar conversaciones de paz y preparar el terreno para la celebración de elecciones en el segundo trimestre de 2005.

Los analistas afirmaron que los argumentos del Rey no fueron sino una treta para justificar el establecimiento de una monarquía absoluta. Por su parte, Deuba, puesto bajo arresto domiciliario, calificó la medida de "antidemocrática" y advirtió de que conduciría a Nepal a "una grave crisis".

ACUSACIONES Y PRESIONES

Pese a que Gyanendra había insistido en que no se trataba de un golpe de Estado, en que se respetarían los Derechos Humanos y en que se llegaría a una "democracia efectiva" y a la paz en un plazo de tres años, organizaciones del prestigio de Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) denunciaron que desde el autogolpe de Estado el Ejército y las fuerzas de seguridad suspendieron "de forma sumaria" los derechos civiles y políticos y se vieron implicados en desapariciones, en la muerte de más de mil personas --incluidos civiles-- y en detenciones masivas de activistas políticos, periodistas y estudiantes.

Aparte, el monarca tuvo que enfrentarse en este tiempo a la presión internacional. India, el influyente vecino de Nepal, expresó una "gran preocupación" y acusó al Rey de violar la constitución, al tiempo que advirtió de que la decisión real favorecía los maoístas que querían "socavar la democracia y la institución de la monarquía".

Un enviado de India, Karan Singh, se reunió ayer con Gyanendra en Katmandú para pedirle que restaure la democracia. Según fuentes procedentes de Katmandú citadas por la agencia misionera de noticias MISNA la presión del delegado indio, si bien fue ignorada por los medios de comunicación, tuvo una influencia importante en la decisión final del monarca, en particular porque el propio Singh está emparentado directamente con la mismísima familia real de Nepal.

Asimismo, organismos y países con influencia en la política nepalí, como la ONU, China, Estados Unidos y Reino Unido, también habían instado al Rey a reconciliarse con los partidos políticos y restablecer un gobierno democrático.

LAS MOVILIZACIONES

El anuncio del monarca llega tras 16 días de manifestaciones de protesta organizadas en todo el país por los siete partidos de oposición y las organizaciones de la sociedad civil para exigir la reinstauración del sistema democrático.

Las movilizaciones se vieron además espoleadas por las recientes detenciones y procesamientos de varios líderes políticos, algunos de ellos ante un controvertido organismo real de anticorrupción que, según sus críticos, actuó realmente como un instrumento de intimidación política y que incluso fue declarado ilegal por el Tribunal Supremo, una decisión que a juicio de muchos debilitó de forma importante al monarca.

Durante las movilizaciones de estas dos semanas, en las que incluso se pidió el fin de la monarquía, las fuerzas de seguridad --que tenían órdenes de disparar contra los manifestantes-- mataron al menos a once personas. La capital, Katmandú, un toque de queda por segundo día consecutivo, mientras la presión internacional no hacía sino incrementarse.

LA OPOSICIÓN

La reacción de la oposición a las palabras del Rey ha sido de desconfianza. La principal formación política del país, el Congreso Nepalí, ha calificado de "insuficiente" la oferta de Gyanendra.

La campaña por la restauración de la democracia fue liderada por una coalición de siete partidos políticos, y aunque muchos manifestantes pidieron el fin de la monarquía, en noviembre de 2005 los partidos llegaron a un acuerdo con los rebeldes maoístas para luchar fundamentalmente por el fin de la monarquía "autocrática" y por la formación de una asamblea constituyente.

Por su parte, el director de la asociación nepalí de derechos humanos Informal Sector Service Center (INSEC), Subodh Ray Pyakurel, declaró a la agencia MISNA que entre la población hay "mucha perplejidad". "Pese a su anuncio, el Rey sigue en el poder mientras la oposición y la mayoría de la población pedían la formación de una asamblea constituyente en la que se discuta una nueva estructura institucional", añadióa Pyakurel, cuya organización partició en las dos semanas de protestas.

Pyakurel lamentó algunas "lagunas" del discurso de Gyanendra: "No ha dicho una sola palabra sobre las víctimas, los mioles de heridos y detenidos indiscriminadamente en estos días terribles, en los que las fuerzas del orden ejercieron sobre los civiles una violencia sin precedentes", denunció. Tampoco hubo "ninguna palabra de disculpa o de reconciliación", añadió.