Crónica O.Próximo-Hoy entra en acción la nueva fuerza de seguridad palestina en Yenín, escasamente preparada, según EEUU

Actualizado: sábado, 3 mayo 2008 19:57

Palestinos y estadounidenses expresan su desconcierto ante los controles israelíes realizados sobre el equipamiento de las tropas

MADRID, 3 May. (EUROPA PRESS) -

Con el despliegue hoy en Yenín (Cisjordania) de cerca de 700 efectivos a las órdenes de la Autoridad Palestina (AP), comienza su andadura la operación 'Sonrisa y Esperanza', el primer operativo de seguridad entrenado bajo el auspicio de un multimillonario programa de entrenamiento estadounidense, destinado a fortalecer el mando del Gobierno en Cisjordania del presidente Mahmud Abbas.

Se trata, no obstante, de un contingente mermado por la falta de fondos norteamericanos y por el escepticismo israelí sobre los resultados de la labor de esta nueva fuerza, que incluso un funcionario estadounidense ha calificado de "completo fiasco", según declaró bajo el anonimato al diario estadounidense 'The Washington Post'.

Pero pese a quién pese, la puesta en marcha de este dispositivo es una condición indispensable para la posible firma de un acuerdo de paz israelo-palestino, dado que Israel exige como condición previa una mínima garantía de seguridad en Cisjordania, región controlada por la AP, obligada a retirarse de Gaza tras la toma de poder ejercida por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que el mes que viene cumple su primer aniversario.

DESPROTEGIDOS

"Si entramos en combate, vamos a tener que detener las balas con nuestro cuerpo, porque no tenemos ningún tipo de protección", declaró el comandante de las fuerzas palestinas en Yenín, el coronel Nidal Abu Dujan. "No tenemos ni cascos ni chalecos, porque los israelíes están en contra de este tipo de cosas", añadió.

Dujan servirá a las órdenes del general Diyab al Ali, jefe de las fuerzas nacionales de seguridad en Cisjordania y máximo responsable de los más de 700 efectivos encargados de de una campaña de seguridad destinada a la eliminación de pequeñas bandas criminales en la zona, reforzando así la imagen del Gobierno de Abbas. "Este es nuestro país, nuestra tierra, y haremos nuestro trabajo sin importarnos qué hagan los israelíes hasta que establezcamos nuestro propio estado," advirtió en Yenín.

De esta forma y en coordinación con Israel, hasta 600 hombres han partido desde diversos puntos de Cisjordania para unirse a los más de 150 ya presentes en la ciudad, en un despliegue que tiene lugar horas antes de la llegada a la región de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice.

Según fuentes del Gobierno palestino en Cisjordania, la campaña abarcará 50 localidades de la región y se prolongará durante tres meses. El objetivo de estas fuerzas, algunas de las cuales han recibido entrenamiento estadounidense en Jordania, son las pequeñas bandas de ladrones de coches, asaltantes o traficantes de armas que operan en la región.

Pero Israel se muestra escéptico ante este despliegue. Al final, todo se reduce a la tradicional animadversión de Tel Aviv ante cualquier tipo de contingente de seguridad palestino. Por ello, las autoridades israelíes han bloqueado la llegada de material a estas nuevas fuerzas. Pero por encima de todo, Israel ha criticado al Gobierno de Abbas por su incapacidad para contener la acción armada de las milicias palestinas que suelen atacar Israel desde la Franja de Gaza. Por ese motivo, el Gobierno de Tel Aviv no firmará acuerdo de paz alguno, ni se retirará completamente de Cisjordania --parte de cuyo territorio anexionó ilegalmente tras la guerra de 1967-- hasta que Abbas demuestre que está preparado para controlar la región.

Sin embargo, los oficiales estadounidenses no encuentran explicación a la negativa israelí de bloquear la llegada de material de protección a la nueva fuerza de seguridad cisjordana. La lista que recibió Tel Aviv se componía únicamente de artilugios no letales: cascos, chalecos antibalas y linternas. Como resultado, los cientos de reclutas recién entrenados han llegado a Yenín sin protección e, incluso, sin material médico suficiente.

RESTRICCIONES DE EQUIPAMIENTO

El programa de adiestramiento recibió luz verde el pasado verano, cuando el Congreso estadounidense aprobó 28 millones de dólares para el entrenamiento inicial de un millar de hombres, como parte de un paquete de ayuda de 86 millones destinados a reforzar la seguridad palestina.

Gran parte del equipamiento --vehículos, walkie-talkies, rifles y porras-- llegó con los entrenamientos ya comenzados, y después de que Israel objetara sobre la llegada del material.

Los primeros 430 reclutas, miembros de la Guardia Presidencial, regresaron a Cisjordania el pasado mes de abril. Yenín es su campo de pruebas: una ciudad que alberga a 50.000 refugiados, y escenario de los combates más sangrientos desde el fin de la Segunda Intifada. Un lugar que la secretaria de Estado norteamericana consideró, en su última visita, como un modelo de autosuficiencia y desarrollo palestinos.

Ante las acusaciones de obstrucción, Israel se ha limitado a recalcar que se ha comportado de la forma más cooperativa posible "tanto en lo que se refiere a armas como a equipamiento", según declaró una fuente oficial israelí al diario estadounidense. "Créame que no fue nada fácil", añadió.

Esta fuente tiene motivos para desconfiar. El mes pasado, un vehículo blindado donado hace años a la Autoridad Palestina fue empleado por milicianos de Hamás para atacar un paso entre Israel y la Franja de Gaza, causando heridas a 13 soldados israelíes.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Defensa israelí, Shlomo Dror, consideró que gran parte de las peticiones palestinas a la hora de solicitar equipo y armas son "poco razonables" dado que la única función de esta fuerza de seguridad cisjordana consiste en realizar tareas circunscritas a la labor policial, no militar. "La cuestión que habría que preguntarse es si (los palestinos) desean tener una fuerza policial o un Ejército", declaró.

Sin embargo, la lista de equipamiento presentada por Estados Unidos comprendía cantimploras, calcetines, mantas, vehículos y uniformes. El comandante de la Guardia Presidencial, coronel Moneer Alzoabi, se preguntaba si las fuerzas israelíes "serían capaces de entrar en Yenín sin casco o chaleco". "¿Por qué deberíamos hacerlo nosotros?", cuestionó.