Crónica Pakistán.- Baitulá Meshud emerge como fuerza unificadora de las guerrillas en Pakistán tras la muerte de Bhutto

Actualizado: sábado, 26 enero 2008 12:34

A pesar de rechazar su implicación en el magnicidio, los expertos le consideran una amenaza mayor que la del Mulá Omar, a largo plazo

MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS) -

Acusado por los servicios de inteligencia estadounidenses de orquestar el magnicidio de Benazir Bhutto, el líder de las milicias en la región paquistaní de Waziristán del Sur, Baitulá Meshud, ha emergido en estos dos últimos meses como una figura unificadora entre los grupos tribales de la zona, mientras los expertos advierten de que, con el tiempo, podría convertirse en la figura equivalente al Mulá Omar, líder talibán en Afganistán, y con quien comparte un buen número de paralelismos.

El conocido como "Emir del Waziristán", y comandante de las recién creadas milicias Tehrik i taliban --Movimiento Talibán en Pakistán-- que operan a lo largo de la frontera con Afganistán, Meshud ha coordinado esfuerzos milicianos cada vez más efectivos contra el Ejército paquistaní. Sus guerrilleros atacan cada vez más rápido, de forma cada vez más precisa, y causan importantes bajas militares antes de retirarse a las montañas con el botín del asalto: armas automáticas y explosivos obtenidos de los puestos de control fronterizos.

A pesar de que estos ataques son habituales, a los expertos en terrorismo les sorprende ver la creciente coordinación entre la insurgencia local wazira. Ahora, si un puesto de control es atacado en Waziristán del Norte, también es atacado su equivalente en Waziristán del Sur, junto con la red eléctrica que suministra energía a ambas instalaciones.

Así, para el director del Instituto de Pakistán de Estudios para la Paz (IPEP), Muhammad Amir Rana, "lo que estamos viendo ahora, estos ataques simultáneos, son un poderoso indicador de que estos grupos trabajan juntos, coordinando sus ataques, y con vistas a un único objetivo", en declaraciones recogidas por el magazine estadounidense 'Time'.

BREVE PAZ

No obstante, Meshud no ha sido siempre un enemigo público. En 2005, el líder pastún firmó un acuerdo de paz con el Gobierno por el que se comprometía a entregar las armas, a cesar los ataques en la frontera y la ruptura de relaciones con Al Qaeda a cambio de inmunidad tanto para él como para sus hombres, en beneficio del interés común de las regiones tribales, aisladas, empobrecidas y amenazadas por las milicias afganas de la Alianza del Norte.

Como resultado del acuerdo de paz, Waziristán del Sur se mantuvo en un relativo estado de calma. Poco se sabe acerca de los sucesos que llevaron a Meshud a romper el equilibrio en la zona. Un informe reciente de la revista 'Newsweek' apunta a que el propio Meshud fingió el acuerdo para obtener las ventajas económicas prometidas por el Gobierno durante el alto el fuego, "engañando" a Pervez Musharraf y aprovechando para refinanciar sus milicias, que finalmente y según la CIA se encargaron de organizar y poner en práctica el magnicido de Bhutto, el pasado 27 de diciembre.

Dos días después del asesinato, Meshud emitió un comunicado a través de su portavoz, Maulvi Omar en el que negó cualquier implicación en la muerte de Bhutto. "Los pueblos tribales tenemos nuestras costumbres. Entre ellas, no atacamos a las mujeres", señaló.

No obstante, tanto Musharraf como el director general de la CIA, el general Michael V. Hayden, le han señalado como responsable, primero por una grabación recogida por los servicios de seguridad de Islamabad en la que Meshud reconoce y felicita a un contacto del presunto operativo encargado de la ejecución de Bhutto; y en segundo lugar porque "es el único que cuenta ahora mismo con la capacidad para llevar a cabo un acto así", según fuentes anónimas cercanas a los talibán, en declaraciones a 'Newsweek'.

FUERA DE LAS CÁMARAS

Meshud, que se estima tiene unos 34 años y es de etnia pastún, está a la cabeza de una nueva generación de líderes milicianos que han elegido mantenerse al margen de los vídeos, las grabaciones, la publicidad y la retórica exhibidas por sus predecesores. Es el llamado Comandante de los Fieles, el "Ameerul Momineen", y para muchos analistas, un yihadista mucho más formidable que su mentor, el Mulá Omar.

Entre los que han podido entrevistar a Mehsud destaca el ahora editor jefe de la cadena qatarí Al Yasira, Ahmad Muaffaq Zaidan. Lo hizo el pasado mes de diciembre, antes de la creación del Tehrik i taliban. "Baiutulá se muestra incómodo ante la cámara", explicó Zaidan, "pero es fuerte, es mejor (que Mulá Omar)... cómo habla, cómo se mueve... pertenece a esos líderes milicianos de ahora, que viven en el ojo de la tormenta, que aprenden más en un minuto de lo que los talibán aprendideron en un año".

Meshud nació en Ladnidog, tiene cuatro hermanos y, al igual que sus compañeros waziros del sur, no ha recibido educación avanzada, algo que compensa con "ingenio político y habilidad militar", según un perfil realizado hace dos años por la Fundación Jaynestown. Es un experto en el empleo de armas ligeras y un hombre con capacidad, motivo y móvil para organizar operaciones encubiertas contra el Gobierno.

Una reciente encuesta desarrollada por Gallup señala que más de la mitad de los paquistaníes dudan acerca de la participación de Meshud en el magnicido, e incluso algunos ven la mano del propio Musharraf en la muerte de la que fue rival política durante su estancia en el exilio.

No obstante, Zaidan cree que Meshud tenía, por lo menos, un móvil. "Si uno se pone en el lugar de Meshud, la verdad es que le convenía matarla (a Bhutto)", declaró el periodista al tiempo que desdeñó la declaración de inocencia publicada por el portavoz del líder miliciano. "¿Por qué dar los servicios de inteligencia una respuesta clara?. Que trabajen", explicó Zaidan.

"Musharraf ya no es útil para el Gobierno occidental, porque es demasiado impopular, pero Benazir sí que representaba el futuro, y Meshud considera que si eliminas a Bhutto, el golpe que recibe el Gobierno no tiene precedentes", añadió.

Pero el objetivo de Meshud es mucho más amplio, y más a largo plazo. "No sólo está organizando las milicias tribales, sino que pretende unificar a todos los movimientos insurgentes desde Karachi hasta Beluchistán", explicó Rana, director del IPEP. A partir de ahí, su propósito fundamental es atacar y expulsar a todas las fuerzas extranjeras presentes en Afganistán y Pakistán.

Dado el contingente internacional desplegado en la región, la tarea se perfila como larga y difícil. Además, como grupo recién creado, el Movimiento Talibán en Pakistán todavía funciona como un movimiento "paraguas", que debe solucionar sus diferencias internas y optimizar su capacidad operativa. Pero como todo buen movimiento de guerrilla, el MTP combina, según Rana, "los asaltos milicianos con mucha labia política entre la población de Karachi, Baluchistán y la Frontera Noroeste. Una vez tengan el apoyo suficiente, comenzarán a desarrollar los comités talibán".

"Y en ese momento", prosigue el analista, "no actuarán de forma violenta, sino que predicarán a sus partidarios, y les dirán 'tal cosa es buena, tal cosa va contra el Islam' y una vez que hayan sido aceptados, impondrán la Sharia, y controlarán toda frontera con sus milicias", una visión similar a la ascensión de los Talibán al poder, a mediados de los 90, organizada por el Mulá Omar. Con Meshud como ayuda de cámara.