Crónica Pakistán.- Bhutto y Sharif encarnan el rechazo popular a las drásticas medidas impuestas por Musharraf

Actualizado: miércoles, 7 noviembre 2007 23:08

Cientos de manifestantes se enfrentan a la respuesta policial al protestar contra el estado de emergencia

ISLAMABAD, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los dos líderes opositores y ex primeros ministros de Pakistán mostraron hoy su firme oposición al estado de emergencia decretado por el presidente, el general Pervez Musharraf. Por un lado, Benazir Bhutto hizo un llamamiento a la población a que se manifieste en contra del régimen a pesar de las advertencias de las fuerzas de seguridad, mientras que Nawaz Sharif urgió a los países occidentales a que dejen definitivamente de apoyar al régimen de Musharraf.

La iniciativa de Bhutto finalmente se vio satisfecha por sus seguidores, que realizaron una protesta durante la que se enfrentaron con la Policía frente al Parlamento paquistaní. También les animó a hacer una marcha el viernes de forma masiva hacia la ciudad de Rawalpindi, a la cual desea que lleguen "a cualquier precio".

Para Bhutto, estas acciones son de suma importancia porque de ellas depende "el futuro de Pakistán como país moderno" y el "impacto" que podría tener en la región el hecho de que Pakistán, "un país que posee armas nucleares, hiciese implosión".

En la manifestación de hoy en Islamabad, la Policía utilizó palos y lanzó gases lacrimógenos contra los cientos de seguidores de la ex primera ministra. Los manifestantes erigieron barricadas de metal frente a las fuerzas de seguridad para bloquearles el camino y la Policía respondió golpeando con fuerza a algunos activistas y llevándose a seis de ellos lejos de la zona.

Cientos de personas corrían para huir de los gases mientras gritaban y coreaban "¡Benazir!, ¡Benazir!" y "¡Abajo con el estado de emergencia!".

De momento, la forma en que se desarrollará la marcha a Rawalpindi es incierta. Su alcalde, Javed Akhlas, anunció que la Policía intentará evitar que los simpatizantes de Bhutto lleguen al parque en el que ésta se dirigirá a la gente allí presente. "Nos aseguraremos de que no violen la prohibición de realizar manifestaciones y, si lo hacen, el Gobierno actuará de acuerdo con la ley", sentenció.

Akhlas justificó estas medidas de seguridad indicando que existe una "seria amenaza" de que se produzca otro atentado suicida contra Bhutto, a lo que ésta respondió que asumirá el riesgo.

PETICIÓN DE SHARIF A OCCIDENTE

Por su parte, el ex primer ministro Nawaz Sharif exhortó a los países occidentales que no apoyen al régimen militar de Pakistán, afirmando, en declaraciones a la agencia AP, que el país se está sumergiendo cada vez más en el caos.

Desde Arabia Saudí, país al que fue deportado el pasado septiembre después de intentar volver a Pakistán desde el exilio, Sharif descartó colaborar con Bhutto en su oposición contra Musharraf a menos que la ex primera ministra abandone sus contactos con el presidente.

Sharif consideró que Musharraf, un gran aliado de Estados Unidos, está tomando al país como "rehén". "Las fuerzas políticas, los abogados y la sociedad civil que creen en la moderación y la democracia ya no le creen (al mandatario). ¿Quién va a sacar beneficio? Serán los radicales y extremistas. Son los que van a prosperar", explicó en una entrevista telefónica.

RELACIONES CONGELADAS ENTRE BHUTTO Y MUSHARRAF

Musharraf y Bhutto están de acuerdo en endurecer las acciones de Pakistán contra los milicianos talibán y de Al Qaeda que están extendiendo su influencia en las regiones próximas a la frontera con Afganistán.

Sin embargo, la ex primera ministra ha congelado las conversaciones con el general desde que éste puso en marcha sus medidas autoritarias, que han afectado a Bhutto de forma directa al comprobar cómo hoy se detenía, según relató, a 400 miembros de su partido.

Pero ha dejado la puerta abierta, al señalar que las negociaciones podrían reanudarse si Musharraf accede a poner fin al estado de emergencia. "Si Musharraf quiere reactivar las negociaciones para una transición pacífica, entonces debe restablecer la Constitución, retirarse como jefe del Ejército antes del 15 de noviembre y celebrar las elecciones en la fecha fijada", indicó Bhutto.

Además, advirtió de que, si finalmente el líder paquistaní no cumple estas condiciones, su partido hará una "larga marcha" desde Lahore hasta Islamabad el próximo martes.

El pasado sábado, y como consecuencia del decreto del estado de emergencia, Musharraf suspendió la Constitución. Esta medida se suma a otras tantas que hacen que el Gobierno paquistaní se aleje cada vez más de la democracia.

El presidente ha expulsado de su puesto a jueces independientes, ejerce un control total sobre los medios de comunicación y ha otorgado grandes poderes a las autoridades para que acaben con la disensión.

Miles de personas han sido encarceladas o permanecen bajo arresto domiciliario por atreverse a protestar contra el Ejecutivo, como hicieron durante tres días los abogados paquistaníes, cuyas manifestaciones fueron rápidamente sofocadas. Algunos de ellos, que distribuyeron panfletos contra Musharraf, podrían llegar a ser ejecutados.

INCERTIDUMBRE ACERCA DE LAS ELECCIONES

El presidente del partido presidencial de la Liga Musulmana de Pakistán, Chaudhry Shujaat Hussain, afirmó que el estado de emergencia no debería durar más de tres semanas, según publicó el diario 'Dawn'. "Musharraf, es consciente de las consecuencias de un estado de emergencia largo", comentó Chaudhry Shujaat, que añadió que el decreto "fue promulgado de forma reacia por el jefe del personal del Ejército".

Aunque la celebración de las elecciones en la fecha programada podría peligrar como consecuencia del estado de emergencia, Chaudhry Shujaat dijo que "posponer las elecciones puede favorecer a algunos individuales y partidos", pero no al Gobierno.

En cuanto a las acusaciones de la oposición sobre que las elecciones no se celebrarán de forma libre, clara y transparente bajo Musharraf, Chaudhry Shujaat fue claro: "Han pasado los días en los que las elecciones podían manipularse fácilmente". Añadió que, una vez finalizado el estado de emergencia, los partidos comenzarán la campaña electoral.