Crónica R.Unido.- Cadena perpetua para los cuatro acusados de los atentados frustrados del 21-J

Otros dos sospechosos deberán ser juzgados de nuevo ante la falta de acuerdo del jurado

LONDRES, 11 Jul. (EP/AP) -

Un juez británico condenó hoy a cadena perpetua a los cuatro acusados hasta la fecha por los atentados fallidos contra el sistema de transporte de Londres el 21 de julio de 2005, dos semanas después de los atentados suicidas del 7-J que se saldaron con 52 muertos, mientras que los otros dos imputados en el caso tendrán que volver a ser juzgados ante la falta de acuerdo sobre el veredicto del jurado.

Muktar Said Ibrahim, de 29 años; Yassin Omar, de 26; Ramzi Mohammed, de 25; y Hussain Osman, de 28, deberán pasar al menos 40 años en prisión antes de que puedan optar a la libertad de condicional, anunció el juez Adrian Fulford. Un jurado encontró culpables a los cuatro acusados de conspiración para asesinar por intentar detonar unas mochilas cargadas de explosivos en tres vagones de metro y un otro autobús. Los otros dos sospechosos, Manfo Kwaku Asiedu, de 34 años, y Adel Yahya, de 24 años, serán juzgados de nuevo.

El primer ministro, Gordon Brown, dijo que está investigando por qué Ibrahim, el cabecilla del grupo, pudo viajar a Pakistán --donde los fiscales creen que recibió entrenamiento militar-- meses antes de los ataques.

Finalmente, nadie resultó herido en los atentados frustrados del 21-J, pero, según el juez, si las bombas hubieran estallado "al menos 50 personas habrían muerto, cientos habrían sufrido heridas, miles habrían tenido sus vidas permanentemente dañadas, desfiguradas o de otra manera, ya fueran cristianos, musulmanes, judíos, hindúes, sijs, budistas, agnósticos o ateos".

"Era un intento viable, de hecho muy cerca de ser satisfactorio, de asesinato en masa", agregó el juez. El atentado no se llevó a cabo simplemente porque, por razones desconocidas, las bombas no hicieron explosión.

Los fiscales aseguran que aunque la planificación del atentado comenzó mucho antes, los ataques del 21 de julio fueron un eco deliberado de los del 7 de julio de ese mismo año, en el que murieron 52 personas. La Policía sospecha, aunque no ha podido confirmarlo, que había vínculos entre los dos grupos de terroristas.

Fulford consideró que los acontecimientos del pasado 7 de julio significan que los terroristas del 21 de julio sabían los daños que podían provocar. "La familia y los amigos de los fallecidos y los heridos, los cientos, de hecho miles, atrapados bajo tierra en circunstancias terroríficas, el humo, los gritos de los heridos y los moribundos, todo esto lo sabían los acusados", relató el juez. "Planearon esto, lo prepararon para esto", agregó.

Los seis acusados negaron sus acusaciones, asegurando que sus artefactos explosivos eran falsos y su acción, una protesta contra la guerra de Irak. Sin embargo, tanto la Policía como los fiscales aseguran que los científicos han probado que las bombas eran auténticas, aunque no saben por qué no funcionaron.

El fiscal jefe en la lucha antiterrorista, Sue Hemming, explicó que los hombres "intentaron provocar el mismo nivel de muerte y destrucción" que los terroristas del 7 de julio. A diferencia de los autores del 7-J, nacidos en Reino Unido, los perpetradores del 21-J llegaron al país cuando eran jóvenes procedentes de países del Cuerno de Africa. Algunos de ellos llegaron a obtener la ciudadanía británica, mientras que otros tenían estatus de refugiados.

VIAJE A PAKISTÁN

La Policía cree que la planificación de los ataques comenzó después de que Ibrahim volviera a Reino Unido de un viaje a Pakistán en marzo de 2005, donde coincidió con dos de los terroristas del 7-J, Shezhad Tanweer y Mohamed Sidique Jan, aunque las autoridades no saben si se encontraron.

No obstante, Fulford cree que los dos grupos estaban relacionados. El juez cree que el segundo grupo era "un equipo paralelo pero separado que actuaba bajo el control global de Al Qaeda". En ambos casos los terroristas atacaron tres líneas de metro y un autobús y utilizaron un mismo ingrediente para fabricar sus bombas, hidrógeno de peróxido, un producto químico que se suele utilizar para el teñido de cabello.

La Policía cree que el sistema de transportes no era el objetivo original del grupo de terroristas del 21-J, pero cree que escogieron este blanco después del éxito del ataque interior. Las autoridades no saben cuál podía ser el objetivo original.

El ataque frustrado provocó un enorme despliegue policial en búsqueda de los posibles suicidas, que fueron detenidos en un plazo de días. Después de los arrestos, la Policía reconoció que tenía pruebas grabadas de varios de los sospechosos en un campamento de entrenamiento en el norte de Inglaterra, tomadas un año antes de los ataques, pero que no habían podido continuar entonces con la investigación.

Ibrahim, que obtuvo la nacionalidad británica en 2004, también había sido detenido y acusado por disturbios mientras distribuía panfletos islámicos de ideología extremista, pero después se le permitió viajar a Pakistán en diciembre de 2004.

Aunque fue interrogado junto a otros dos hombres en el aeropuerto de Heathrow cuando salían hacia Pakistán, y a pesar de que llevaba una gran cantidad de dinero en efectivo y un manual de primeros auxilios con indicaciones sobre las heridas de bala, se les permitió subir a su vuelo con dirección a Islamabad.

Además, según Brown, bajo la actual legislación, Ibrahim podría haber sido deportado a su Somalia natal debido a que tenía condenas por acoso sexual y robo en la década de 1990. "Pidió un pasaporte, pidió la nacionalidad de este país, y recibió la nacionalidad porque todos sus delitos como joven habían prescrito", dijo el primer ministro. "Eso no ocurriría ahora y no obtendría la nacionalidad de este país", agregó.