El ministro de Economía sigue mostrando en público su fidelidad a Blair
LONDRES, 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
El actual ministro británico de Economía, Gordon Brown, está pasando sus últimas Navidades en el 11 de Downing Street y espera que las próximas pueda estar instalado en el número 10, la residencia del primer ministro.
Las apuestas políticas sitúan a Brown, quien ha mostrado brillantez en su trabajo y ha sido una figura dominante en el Gobierno, a la cabeza de la lista de posibles sucesores de Tony Blair al frente del Gobierno. No obstante, se barajan otros nombres para sustituir a Blair, como el del ex ministro de Sanidad Alan Milburn, el del ministro del Interior, John Reid, y el del ministro de Educación, Alan Johnson.
Para la elección del sucesor se formará un colegio electoral compuesto por tres partes iguales. Una estará formada por los parlamentarios laboristas, otra por los miembros del partido y otra por los miembros y afiliados de los sindicatos. El candidato que obtenga la mayoría será el ganador.
En septiembre de 2004, cuando se recuperaba de un problema de corazón, Tony Blair aseguró que cumpliría "una tercera legislatura completa" antes de retirarse como primer ministro y prometió que ofrecería "un amplio periodo de tiempo" a su sucesor para que pudiera afrontar las próximas elecciones generales. No obstante, durante el congreso laborista que se celebró el pasado mes de septiembre en Manchester, Blair anunció que se retiraría en un plazo inferior a los 12 meses.
Brown declaró en el pasado que estaba seguro de que los laboristas demostrarían "al mundo que puede haber una sucesión de forma correcta". "No había habido hasta la fecha un líder que hubiera anunciado su intención de dejar el puesto antes de las elecciones e indudablemente es por ello que hay especulaciones sobre lo que va a pasar", declaró. En todo caso, recordó que Tony Blair "ya ha dicho que va a organizar una transición que sea estable y ordenada".
FECHA DE SALIDA
Pero este orden y esta estabilidad se ha convertido en desorden y caos y el partido ha dado la imagen de desunión después de que varios miembros dimitieran y empezaran a presionar para que Blair anunciara una fecha concreta de su salida.
En esas circunstancias, el propio Gordon Brown expresó su apoyo indudable al primer ministro. "Es él quien tiene que tomar la decisión", afirmó Brown. "Yo le voy a apoyar en las decisiones que tome, pero aquí se trata de hacer lo que más beneficie al partido y al país", declaró.
El responsable de Economía aseguró que, "desde hace tiempo", comparte con Blair "el objetivo común de hacer lo mejor para la gente del país", saliendo así al paso de los rumores en los que se le acusa de estar detrás de la situación creada para presionar a Blair a fin de que anuncie una fecha para su marcha.
La prensa británica asegura que esta aparente armonía esconde una batalla real y analiza esta situación como una mera lucha por el poder. En público todo son alabanzas, pero se asegura que el objetivo principal es no mostrar un partido descohesionado, para evitar que los conservadores se hagan con el poder.
Según Blair, "el nuevo laborismo nunca hubiera sido una realidad y no hubiera habido tres victorias consecutivas sin la figura de Gordon Brown". "Es un gran hombre y una persona que ha servido a este pais, y ésta es la verdad", aseveró el primer ministro.
