Crónica Sudán.- ICG solicita la intervención de todos los grupos sociales para resolver el conflicto en Sudán

Actualizado: sábado, 1 diciembre 2007 19:16

El grupo de analistas pide así la presencia de las víctimas, la UNAMID y de todos los grupos rebeldes en futuras negociaciones

MADRID, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -

El grupo de expertos en política internacional, International Crisis Group, ha lamentado el renovado descenso a la violencia que ha marcado a Sudán en los últimos meses, ha vuelto a pedir la participación de la comunidad internacional, así como la de los representantes de las minorías en el país africano, para intentar resolver un conflicto que requiere de una mayor presencia y actividad de la misión híbrida de Naciones Unidas y la Unión Africana en el país (UNAMID).

Para ICG, el conflicto en la región sudanesa de Darfur ha cambiado radicalmente el año pasado "pero no para mejor", según matiza. La violencia, indica el grupo, ha experimentado una mutación desde el clímax violento que se vio en 2003 y 2004. Al mismo tiempo, el acceso a la ayuda humanitaria ha descendido y las fuerzas de paz internacionales son incapaces de realizar sus tareas con la mayor efectividad posible.

Además, el acuerdo político cada vez es más lejano ya que, según el grupo, la estrategia de mediación diseñada conjuntamente por la Unión Africana y Naciones Unidas "no puede adaptarse a esta nueva realidad y necesita ser revisada". Tras el prometedor anuncio de negociaciones entre Gobierno y rebeldes en Sirte (Libia), las nuevas conversaciones de paz se encuentran "en punto muerto", y esta estrategia debería modificarse de tal forma que "se reformule el proceso, ampliando la participación y atendiendo a las causas principales del conflicto".

"FRACASO"

El grupo calificó además de fracaso el Acuerdo de Paz para la región de Darfur, por considerarlo "limitado en su enfoque" y firmado por "pocos compromisarios". Además, ICG denuncia que aquellos que aceptaron el acuerdo --en referencia al Gobierno y a una parte, pero no toda, de las facciones rebeldes--, han dañado el proceso de paz.

ICG cita como ejemplo las "políticas destructivas" que persigue el Partido del Congreso Nacional, a la cabeza del Gobierno de Jartúm, y que no ha actuado para proteger los puntos clave establecidos en el Acuerdo de Paz Extenso en 2005 que pusieron fin a la guerra norte-sur. El grupo de analistas sospecha que el verdadero objetivo del PCN es "asegurar su supervivencia política las elecciones de 2009 y no para poner fin al conflicto".

Así, las intenciones del partido de Gobierno son provocar tal caos en la región de Darfur que la oposición no tenga espacio para emerger, al tiempo que desafiaría las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas integrando a sus propios irregulares de las milicias janjawid en las estructuras del Estado, en lugar de desarmarles.

Por la parte que corresponde a los rebeldes que firmaron el acuerdo, ICG critica específicamente a la facción Minni Minawi del Ejército de Liberación de Sudán, "responsables de ataques contra civiles y personal humanitario", en particular contra efectivos de la Unión Africana. El grupo internacional de expertos denuncia en este sentido que los líderes de esta rama del ELS "poseen trabajos como funcionarios, tierras y, como fervorosos partidarios del 'status quo' y sin un papel definido en las negociaciones, suponen un factor peligroso" de cara al futuro.

Por su parte, los rebeldes que no firmaron el acuerdo "se han fragmentado en pocos años" y sólo están planteando, de forma superficial, la posibilidad de reunificar sus filas, según ICG. No obstante, muchos de ellos han boicoteado las negociaciones antes de emprender acciones militares que dividen a las tribus.

La violencia también ha aumentado en los campos de refugiados, cuyos residentes están "manipulados por todas las partes en conflicto", mientras el Gobierno de Jartúm está intentando devolverles a zonas "todavía inseguras". El conflicto inter-árabe aporta otra dimensión de peligro al conflicto, ya que algunas tribus están intentando asentar sus demandas de terreno antes de la llegada de la UNAMID. Por ello, se ha incrementado la lucha entre los grupos tribales árabes, que han entendido que el tratado de paz no supone en modo alguno, una garantía de protección para ellos en modo alguno. De esta forma, ICG advierte del peligro de aparición de "una forma de insurgencia árabe", que podría incluso aliarse con grupos rebeldes de distinta confesión religiosa.

Así, "estas nuevas realidades" ponen de relieve la necesidad, para ICG, de "incluir a todos los actores" involucrados en el conflicto, entre ellos las víctimas y las tribus árabes. De esta forma, un espectro más amplio de representantes podrían contribuir a remediar el "peso desequiibrado" en las negociaciones que ahora padecen las facciones rebeldes y los desplazados.

ICG recomienda que las nuevas reuniones que se emprendan en el proceso conocido como Encuentro de Consulta y Diálogo Darfur-Darfur, se haga especial hincapié en los verdaderos problemas del conflicto: el reparto de tierras y la reforma del Gobierno y de sus administraciones.

Finalmente, el grupo advierte de que es posible que la UNAMID no sea capaz de operar con autonomía completa hasta bien entrado 2008, por lo que recomendó completar la llegada de las nuevas remesas de ayuda tan rápidamente como sea posible, tras lo que las labores de pacificación se reanudarían de forma efectiva una vez entregado y distribuido todo el material.

Ya en acción, ICG recomienda a la UNAMID que aprenda las lecciones del pasado y solicita que intervenga de forma más activa a la hora de proteger a los civiles y responder a cualquier tipo de violación de alto el fuego. Los comandantes de esta nueva fuerza deberían también ser partícipes de las conversaciones de paz.