Crónica Turquía(2)- Erdogan, el primer ministro que ha hecho del islamismo moderado la forma de Gobierno más democrática

Actualizado: sábado, 21 julio 2007 21:00

El ex alcalde de Estambul, un mandatario que ha pasado por la cárcel, se perfila como el ganador de las elecciones de mañana

ESTAMBUL (TURQUÍA), 21 Jul. (Del corresponsal de EUROPA PRESS, Ildefonso González) -

El líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, nació hace 53 años en la localidad de Rize, en el norte de Turquía, y es uno de los pocos mandatarios a nivel mundial que ha pasado por la cárcel. El antiguo alcalde de Estambul fue condenado en 1997 por recitar en un acto público unos versos del poeta nacionalista Ziya Gökalp, una acción que fue considerada por un juez provincial como "incitación a la violencia religiosa".

"Las mezquitas son nuestros cuarteles, las cúpulas nuestros cascos, los minaretes nuestras bayonetas y los creyentes nuestros soldados", rezaba la composición, por la que Erdogan fue condenado a pasar diez meses en la cárcel --que luego se reducirían a cuatro-- y a pagar una cuantiosa multa. Lo curioso del asunto es que, a pesar de que Erdogan ha hecho gala durante toda su vida de sus creencias islámicas, esta poesía aparece en numerosos libros de texto de las escuelas turcas para ilustrar el pensamiento que inspiró a los seguidores de Mustafá Kemal Atatürk, el fundador de la República de Turquía, en la denominada revolución 'kemalista'.

El suceso provocó una auténtica conmoción dentro y fuera de las fronteras turcas, sobre todo, porque, según la prensa local, la decisión del juez estaba encaminada a apartar a Erdogan de la esfera pública y de los cargos de poder.

El actual primer ministro, que cuando tenía 13 años se mudó con su familia a Estambul, recibió la educación secundaria en una escuela religiosa ('iman hatip'), donde los alumnos son instruidos en el Corán y en los rezos islámicos. En su juventud, militó en las juventudes del Partido de Salvación Nacional (NSP) del líder islamista Necmettin Erbakan y posteriormente participó en otras formaciones creadas por éste.

En el ámbito profesional, empezó vendiendo refrescos en los partidos de fútbol, un deporte al que se dedicó como semiprofesional. Una vez terminados sus estudios de Economía y Comercio de la Universidad de Mármara en 1973, ocupó cargos de responsabilidad media en diferentes empresas.

Erdogan llegó a ser presidente de la rama juvenil del NSP, pero con su disolución después del golpe de Estado de 1980, su carrera política quedó en suspenso.

Desde entonces, el Ejército y el Tribunal Constitucional --las instituciones políticas turcas que garantizan la permanencia del Estado laico y vigilan el eventual encumbramiento de los partidos políticos confesionales al Gobierno-- han perseguido sin descanso a las formaciones con raíces islámicas. Así, Erdogan ha pasado sucesivamente por todas ellas: el NSP, el Partido del Bienestar (RP), el Partido de la Virtud (FP) y finalmente, el AKP, que es fruto de una escisión del FP.

El ascenso de Erdogan a la primera línea de la política se produjo en 1994, cuando consiguió la Alcaldía de Estambul con el RP. En sus cuatro años como primer edil de Estambul, ganó una elevada popularidad local y se proyectó como figura política de ámbito nacional por su gestión ordenada y eficiente de los recursos municipales, que resolvió numerosos problemas de infraestructuras ciudadanas, atendió necesidades sociales en las barriadas populares y que, de paso, estuvo libre de sospechas de corrupción, mal endémico en el país.

Al AKP entraría de la mano de su brazo derecho, el actual ministro de Asuntos Exteriores y fallido candidato a la Presidencia, Abdulá Gül. Juntos han conseguido poner las bases de una línea de pensamiento que encaja a la perfección con la nueva burguesía turca, un segmento de la población de origen humilde, tradicional, emigrado de las zonas rurales y con fuertes convicciones religiosas. Este grupo ha conseguido acumular cantidades razonables de dinero y compite con los representantes del 'establishment' laico a la hora de adquirir mayores cuotas de poder en la esfera política y social turca.

ERDOGAN, PRIMER MINISTRO

Antes de las elecciones generales de 2002, el Tribunal Supremo Electoral anuló la candidatura de Erdogan debido a sus antecedentes penales. Fue una carambola legislativa la que le permitió ganar su acta de diputado en 2003, tras una reforma constitucional y la repetición de los comicios en la circunscripción de Siirt, feudo del AKP, donde habían sido anulados por "vicios en el procedimiento".

Desde su nombramiento como primer ministro en 2003, tras una victoria arrolladora del AKP, Erdogan ha estado al frente de un Gobierno que ha destacado por sacar a Turquía de la crisis de 2001 y sentar las bases de una economía dinámica, fuerte y con un gran potencial. Las medidas sociales, entre las que destacó la promesa electoral de despenalizar el uso del pañuelo islámico o 'hiyab' en las instituciones públicas, han ocupado un segundo plano. Sin embargo, la economía turca ha crecido a un ritmo superior al 10% en los últimos cinco años, lo que ha elevado de forma sorprendente el nivel de vida de la población.

Erdogan y los miembros de su partido se han esforzado a lo largo de estos cuatro años y medio de mandato por alejar los temores de los sectores laicos de la población sobre su hipotética "agenda oculta", según la cual, el AKP tendría previsto aprobar una serie de medidas que implantarían, al estilo iraní, la 'sharia' o ley islámica en Turquía.

No obstante, en algunas ocasiones los temores de la población han ido más allá de las sospechas, ya que el actual primer ministro ha llegado a proponer medidas como la penalización del adulterio de ambos sexos, la restricción de la venta de alcohol y la oficialización de los centros de enseñanza islámica.

UNA NUEVA PRESIDENCIA

En la campaña electoral que finalizó hoy, el ex alcalde de Estambul ha destacado por su mesura y su discurso se ha basado principalmente en la continuidad de la reformas. En relación con los temas que han sido más tratados durante la campaña, a la sazón, el terrorismo y el nuevo presidente de la República, Erdogan ha defendido una modificación de la Carta Magna que sustituya a la que se aprobó después de la asonada de 1980.

"La nueva Constitución debe fortalecer los principios básicos de nuestra República, es decir, la democracia, el secularismo y el Estado de Derecho. Debe proteger y garantizar los derechos individuales y las libertades en línea con lo que establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención Europea de los Derechos Humanos. La nueva Constitución debe ser breve, abierta y clara, las relaciones entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial deben estar bien definidas", afirmó en la presentación de su manifiesto electoral.

En relación con este aspecto, hizo hincapié en que "la posición y el poder del presidente debe ser redefinido", en una clara alusión a su intento de limitar las atribuciones legislativas del presidente de la República y evitar así que se llegue a situaciones como las que han tenido lugar en la última legislatura, en la que el jefe de Estado, Ahmet Necdet Sezer, ha vetado una tras otra las decisiones más polémicas del gabinete de Erdogan.

Todos los sondeos efectuados durante las últimas semanas en Turquía revelan que el AKP revalidará su mayoría absoluta y que incluso podría rozar el 50% de los votos. Sin embargo, podría perder escaños debido a la entrada en el Parlamento de dos formaciones más: el Partido Republicano del Pueblo (el nacionalista y laico CHP) y el Partido de Acción Nacionalista (el ultranacionalista MHP).