Un diplomático dirigirá la agencia de espionaje británica tras la filtración de documentos de Snowden

Actualizado: martes, 15 abril 2014 18:40

Fue consejero de Tony Blair durante el proceso de paz en Irlanda del Norte

LONDRES, 15 Abr. (Reuters/EP) -

Reino Unido ha comunicado que ha situado a un diplomático al frente de la agencia de espionaje GCHQ, que se encuentra en el punto de mira de la opinión pública tras las filtraciones de documentos realizada por el ex contratista de la Inteligencia estadounidense Edward Snowden.

Las autoridades británicas anunciaron en enero que el director de la agencia, Iain Lobban, sería cesado tras haber estado seis años al frente del equivalente británico a la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA).

La decisión fue tomada después de que Lobban hubiese defendido en público la legalidad de los trabajos del GCHQ, negando que se hubiese realizado una vigilancia masiva ilegal. Fuentes oficiales han declarado que su cese no tiene nada que ver con las consecuencias de la filtración de documentos.

El Ministerio de Exteriores ha anunciado este martes que Robert Hannigan, experimentado diplomático encargado de cuestiones de Defensa e Inteligencia, ocuparía la dirección del GCHQ a partir del próximo otoño.

Hannigan tienen la mezcla de experiencias necesarias para desempeñar el cargo, según el ministro de Exteriores británico, William Hague.

"Además de sus impresionantes cualidades personales, Robert aporta a su trabajo una importante experiencia en los campos de seguridad nacional, lucha antiterrorista y relaciones internacionales", ha añadido Hague.

Hannigan trabajó como consejero del antiguo primer ministro Tony Blair durante el proceso de paz en Irlanda del Norte y contactó con el Gobierno de Estados Unidos por este asunto.

Ha formado parte de la comisión de Inteligencia británica durante muchos años y ha presidido reuniones de la comisión de Emergencias del Gobierno, que se encarga de las amenazas a la seguridad nacional.

El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, no ha hecho caso durante mucho tiempo a las peticiones de cambio para regular las agencias de Inteligencia británicas, alegando que el sistema de supervisión actual es suficientemente riguroso y que gran parte de su trabajo permanece en secreto por motivos de seguridad nacional.

EL GCHQ, que cuenta con más de 60.000 empleados, tiene su sede en un edificio futurista de las afueras de Londres, conocido popularmente como 'rosquilla' por su forma.

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