La educación en el punto de mira: Más de 11.000 ataques y 22.000 víctimas en cinco años

Un niño en una escuela destruida por el conflicto en el este de Ucrania
Un niño en una escuela destruida por el conflicto en el este de Ucrania - UNICEF/CHRISTOPHER MORRIS VII PHOTO - Archivo
Publicado: jueves, 9 julio 2020 17:07

El uso de los centros educativos para fines militares, uno de los motivos de estos ataques

MADRID, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -

Más de 22.000 estudiantes, profesores y académicos han muerto o resultado heridos en los más de 11.000 ataques contra instalaciones educativas, su personal y sus alumnos registrados en los últimos cinco años, según el último informe 'Educación atacada 2020', publicado por la Coalición Mundial para Proteger a la Educación de Ataques (GCPEA).

Entre 2015 y 2019 se han producido ataques como atentados con bomba y quema de escuelas y universidades, así como asesinatos, violación, secuestro, arresto arbitrario o reclutamiento forzoso de estudiantes y educadores tanto por parte de las fuerzas de seguridad como de otros actores no estatales, en especial grupos armados, en el marco de conflictos o de inseguridad.

"Recibir una educación es un derecho fundamental, pero en un número creciente de países las vidas de estudiantes y educadores están en peligro simplemente por enseñar y aprender", ha lamentado el director ejecutivo de GCPEA, Diya Nijhowne. "Las escuelas y universidades deberían ser refugios seguros, no lugares de destrucción o miedo", ha subrayado.

El número de países en los que se producen ataques contra la enseñanza va en aumento. Así, en los últimos cinco años hubo al menos un ataque en 93 países, 19 más que en el anterior periodo analizado --entre 2013 y 2017--, si bien la cifra de ataques es inferior con respecto a ese periodo, que fue de 12.700.

Entre los nuevos países figuran Guinea y Nicaragua, mientras que en otros, donde había pocos, como Burkina Faso o Níger, se han multiplicado, provocando el cierre de más de 2.000 escuelas. En Yemen y República Democrática del Congo (RDC) ha habido más de 1.500 ataques cada uno, mientras que Afganistán, Palestina y Siria han registrado más de 500.

En lo que se refiere al número de víctimas, Afganistán, Camerún y Palestina figuran a la cabeza. En el caso de Camerún, más de 1.000 escolares y universitarios y personal educativo han sido amenazados, secuestrados, heridos o asesinados por grupos armados o las Fuerzas Armadas.

El informe documenta ataques contra la educación superior en 73 países. Las fuerzas de seguridad o grupos armados progubernamentales emplearon fuerza excesiva, e incluso letal, para dispersar a estudiantes universitarios y personal que protestaban en los campus o por motivos relacionados con la educación.

USO MILITAR DE CENTROS EDUCATIVOS

Según GCPEA, una de las causas "significativas y prevenibles" de estos ataques es el uso de escuelas para fines militares. Las Fuerzas Armadas, otros actores estatales y los grupos armados usaron escuelas y universidades con esta finalidad en 34 países, incluido como bases, centros de detención y almacenes de armas. Solo en Birmania la ONU verificó 51 incidentes de este tipo en 2019.

Por otra parte, tanto las fuerzas gubernamentales como los grupos armados han atacado escuelas para reclutar a menores. En los últimos cinco años se han documentado al menos 17 incidentes de este tipo. En el caso de Somalia, la ONU verificó en 2017 el reclutamiento de al menos 280 niños por grupos armados en las escuelas.

Los ataques contra la educación tienen un impacto específico en el caso de las estudiantes y las educadoras. Mujeres y niñas fueron atacadas debido a su sexo en al menos 21 países. El embarazo resultado de la violación, las consecuencias para la salud y el estigma de la violencia sexual en el camino a la escuela o en ella --documentada en al menos 17 países--, el riesgo de matrimonio temprano y el hecho de que se privilegie la educación de los niños sobre las niñas hacen especialmente difícil que estas regresen a clase, lamenta el informe.

PETICIONES DE LA COALICIÓN

Por ello, la coalición, integrada por agencias de la ONU y ONG, pide a los gobiernos y los grupos armados que se ponga fin al uso de centros educativos para fines militares. Además, reclama a los gobiernos que se lleve ante la justicia a los responsables de estos ataques y que se desarrollen planes de seguridad para evitar los ataques.

En este sentido, anima también a respaldar la Declaración Escuelas Seguras, un compromiso político para proteger a estudiantes, educadores, escuelas y universidades durante conflictos armados. Hasta la fecha la han respaldado 140 países.

Dado que este año es el quinto aniversario de la declaración, "todos los países deberían apoyar y usarla para garantizar que niñas y mujeres, así como niños y hombres, pueden aprender y enseñar de forma segura", ha reclamado Nijhowne.

"Los responsables de ataques contra la educación en conflictos armados y escenarios de inseguridad deben ser llevados ante la justicia para que el derecho a la educación pueda ser garantizado para todos", ha zanjado.