WASHINGTON, 27 Mar. (EP/AP) -
El presidente estadounidense, George W. Bush, aseguró este lunes que "no será fácil" reformar las leyes de inmigración y pidió que no se aliente el sentimiento en contra de los inmigrantes presentando a los indocumentados como una carga para la economía o una amenaza para la identidad nacional.
"El debate en torno a la inmigración debe ser llevado a cabo de una forma civil y digna", declaró Bush antes de que el Senado comenzase a debatir una serie de propuestas para resolver la situación de los 11 millones de inmigrantes ilegales que se cree viven en Estados Unidos.
Bush asistió el lunes a la ceremonia de nacionalización de 30 personas procedentes de 20 países, y aprovechó la ocasión para promover su programa de "trabajadores temporales".
"No hay que explotar el temor de la gente ni enfrentar a un vecino con el otro. No se puede decir que los inmigrantes representan una amenaza a la identidad de los estadounidenses porque los inmigrantes son los que le han dado forma a la identidad de los estadounidenses", manifestó Bush.