WASHINGTON, 19 Sep. (EP/AP) -
El vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, comparó hoy los esfuerzos de Estados Unidos para combatir el terrorismo con una "guerra de nervios", tomando prestada una frase del ex presidente Harry Truman con la que se describió la Guerra Fría. A juicio de Cheney, las esperanzas del mundo civilizado dependen de la victoria de Estados Unidos en la batalla contra el terror.
"No vamos a bajar la guardia", aseveró el vicepresidente estadounidense durante una convención de vendedores de automóviles, donde Cheney indicó también que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, "no cederá en sus esfuerzos para seguirle la pista a los enemigos de Estados Unidos con cualquier recurso legítimo que esté en su mano".
Defendió las escuchas telefónicas sin autorización que realizó la Administración Bush y los programas de detención, ambos criticados por los demócratas y por algunos miembros de su propio partido, el republicano.
Cheney calificó de "un simple error" el fallo de un tribunal federal que a principios de este mes rechazó el alegato de la Administración Bush en el que pidió desestimar la demanda presentada contra el programa de escuchas telefónicas ilegales. "Esperamos poder apelar" esta decisión, dijo el vicepresidente estadounidense.
El juez Garr King rechazó los argumentos presentado por la Administración Bush, que aseguró que seguir adelante con el caso por las escuchas telefónicas podría poner en peligro la seguridad nacional. Se trató del último de varios fallos sobre un programa que el Gobierno considera esencial en la lucha contra el terrorismo pero que los grupos defensores de las libertades y Derechos Humanos rechazan como un abuso de autoridad del presidente.
Cheney dijo que el presidente Truman "rara vez" utilizó el término Guerra, conflicto al que denominaba "guerra de nervios". "Cuando piensas en ello, esa es una buena descripción de el tipo de situación a la que actualmente se está enfrentando América", indicó.
"La guerra contra el terror es una prueba de fuerza, una prueba de nuestras capacidades y sobre todo una prueba para nuestro caracter", dijo Cheney, quien añadió: "Sabemos que las esperanzas del mundo civilizado caen sobre nosotros. Nuestra causa es justa", acotó.
