EEUU dice que el giro militarista de Japón "fortalecerá la alianza entre ambos países"

Actualizado: miércoles, 2 julio 2014 5:52

WASHINGTON, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, ha aplaudido este martes la decisión de Japón de poner fin a una prohibición que ha impedido que sus fuerzas no combatieran en el exterior desde 1945, asegurando que la misma "fortalecerá la alianza entre ambos países".

El cambio, el más dramático en política desde que Japón estableció sus fuerzas armadas tras la guerra hace 69 años, ampliará las opciones de Tokio acabando con la prohibición sobre el ejercicio de la "autodefensa colectiva" o ayudando a países amigos bajo ataque.

El Gobierno que encabeza el primer ministro, Shinzo Abe, ha aprobado la resolución que incluye el cambio, que también relaja los límites sobre las actividades en las operaciones de paz lideradas por la ONU y los incidentes "en la zona gris" que no llegan a ser una guerra a gran escala, ha explicado el ministro de Defensa, Itsunori Onodera.

"Queda mucho trabajo por hacer dentro del Gobierno japonés en este cambio de políticas que están buscando", ha sostenido el portavoz del Pentágono, John Kirby. "Pese a ello, consideramos que es una muestra de que la alianza avanza", ha agregado.

"Creo que tenemos las expectativas, o al menos el secretario (Hagel) las tiene, de que la alianza entre Estados Unidos y Japón seguirá igual de firme y vibrante, si no aún más sólida", ha valorado, según un comunicado publicado por el Departamento de Defensa.

"No hay motivos, desde nuestra perspectiva, para creer que (la decisión de Japón) incrementará las tensiones. Al contrario, creemos que ayudará a la seguridad y la estabilidad de la región", ha remachado Kirby.

A partir de ahora, las fuerzas armadas de Japón estarán más en línea con las de otros países avanzados, en términos de sus opciones, pero el Gobierno seguirá siendo cauto a la hora de enviar a soldados sobre el terreno en operaciones multilaterales como la invasión de Irak en 2003 liderada por Estados Unidos.

Desde su derrota en 1945, el Ejército japonés no ha entrado en combate. Los gobiernos anteriores han aprovechado los límites de la Constitución para desarrollar un ejército actualmente a la par con el de Francia y para permitir misiones en el exterior que no fueran de combate, pero sus fuerzas armadas están mucho más limitadas legalmente que las de otros países.

Según la resolución aprobada por el Gobierno, Japón podría ejercer la fuerza al nivel mínimo necesario en los casos en los que un país con el que mantiene una relación estrecha es atacado y se cumplan las siguientes condiciones: hay una amenaza a la existencia del Estado japonés, hay un claro peligro para el derecho a la vida de las personas, la libertad y la persecución de la felicidad pueden ser subvertidos y no hay ninguna alternativa adecuada.

RECHAZO DE PEKÍN Y SEÚL

La nueva política ha provocado las iras de China, cuyos lazos con Japón se encuentran en un momento crítico debido a una disputa marítima, a la desconfianza y al legado de la antigua agresión militar nipona.

"China se opone a que los japoneses fabriquen la amenaza china para promover su agenda de política interna", ha señalado el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hong Lei, en rueda de prensa en Pekín. "Pedimos que Japón respete las preocupaciones de seguridad razonables de sus vecinos asiáticos y gestione prudentemente el problema relevante", ha añadido.

Corea del Sur, como Japón aliado de Estados Unidos, pero todavía molesto por la colonización nipona durante el siglo XX de la península Coreana, ha dicho que no aceptará ningún cambio en la política que afecte su seguridad a menos que de su consentimiento. Los asesores de Abe han dicho que Tokio no debería adoptar acciones que impliquen a un país amigo sin el consentimiento de este.

RECHAZO DE LA POBLACIÓN

La medida adoptada tampoco es del agrado de una parte de la sociedad japonesa, que teme que sus fuerzas se vean atrapadas en guerras en el extranjeros y otros porque consideran que se acaba con el Artículo 9 de la Constitución ignorando los procedimientos formales para enmendarlo. La Carta nunca ha sido revisada desde que fue adoptada tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial.

Este domingo, un hombre se quemó a lo bonzo en Tokio para manifestar su rechazo y este martes, mientras Abe hablaba, miles de manifestantes, incluidos jubilados, amas de casa y empleados que salían de trabajar, se han congregado cerca de la oficina del primer ministro con pancartas en las que se podía leer 'No destruyáis el Artículo 9', 'Estamos en contra de la guerra' y 'No más Abe'.

"Después de que esta ley entre en vigor, los soldados japoneses podrán ser enviados fuera a luchar en guerras extranjeras, nosotros no queremos eso", ha manifestado Yoshiharu Uchinuma, de 62 años. "Incluso si Japón no va a la guerra en un futuro próximo, no quiero que mis hijos vayan a la guerra incluso en diez o 20 años", ha manifestado por su parte Aska Miyanaga, una profesora de 37 años que iba acompañada de su hija y su hijo.

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